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La compañía nacida en Francia hace 100 años y con presencia en Chile desde 2012 mantiene un sistema de información farmacológico basado en un repositorio internacional de productos de denominación genérica, vinculado a una red semántica que detalla el uso, los efectos clínicos diarios y los riesgos potenciales de cada uno de ellos.
“Una base de conocimiento fiable y una terminología común, reduce los errores de medicación”, sostiene Paul Bonnet, CEO de Vidal Vademecum
“Nuestro principal objetivo es organizar y difundir los conocimientos sobre medicamentos en todo el proceso asistencial del país para que el mayor número de chilenos posible pueda vivir más tiempo y con mejor salud. La certificación del proceso de acceso a dicho conocimiento es el principal motor de adopción en los países que nos usan”. Así lo define Paul Bonnet, CEO de Vidal Vademecum, nuevo socio de Pro Salud Chile.
La compañía Vidal Vademecum tiene presencia en Chile desde 2012, pero sus inicios se remontan a Francia hace más de cien años, cuando Luis Vidal, un emprendedor visionario, recorrió las calles de París en bicicleta recogiendo las recetas magistrales de las boticas para copiarlas y entregarlas posteriormente a los médicos para sus prescripciones. Con la guerra y el inicio de la industria farmacéutica, ese arsenal de recetas, que incorporó todas las marcas comerciales de la industria, dio origen al primer Vademecum de la historia, que más tarde sería adaptado en otros países. Actualmente, Vidal Vademecum pertenece al grupo japonés M3 inc. especializado en la prestación de servicios en línea dedicados al ámbito de la salud con presencia en Europa, África, Oriente Medio y Latinoamérica.
El sistema de información farmacológico de Vidal Vademecum está basado en un repositorio internacional de productos medicinales de denominación genérica, vinculado a una red semántica, donde se detalla el uso, los efectos clínicos diarios y los riesgos potenciales de cada producto. Esta Base de Datos ha sido confeccionada por equipos profesionales internacionales, formados por farmacéuticos, médicos, científicos y especialistas informáticos que se apoyan en guías oficiales locales y en fuentes reconocidas (EMA, FDA, AEMPS, COFEPRIS, ISP, IHSS; MSP, entre otras). A nivel internacional, incluye 17.000 genéricos; que corresponden a 3700 en Chile (asociados a su vez a más de 12000 marcas comerciales con autorización de comercialización).
En 2012, Vidal Vademecum suscribió un acuerdo con el Minsal y con la Cenabast en el 2016 para apoyar la elaboración de una base de datos de medicamentos que consolidase las múltiples fuentes de información de medicamentos. Las fuentes se caracterizan por una calidad variable, un complicado acceso y por el manejo de conceptos no-interoperables que generan ineficiencias importantes para el sistema de salud. Así mismo, Vidal Vademecum, firmó convenios con distintas entidades innovadoras del sector salud. Estos acuerdos permitieron que la mayor parte del sector público (especialmente APS), cuente con un repositorio único de medicamentos y herramientas de ayuda a la toma de decisión clínica, aunque ha sido más complejo de implementar en el sistema hospitalario público.
“En Chile la información existe, pero se encuentra muy fragmentada. Por un lado, está la información del ISP, organismo que autoriza los medicamentos, pero no se sabe lo que está disponible en el mercado. ChileCompra entrega las transacciones que pasan por ese organismo para adquirir medicamentos y la Cenabast tiene la información de lo que compra y distribuye, pero con codificaciones diferentes; la data de las cadenas de farmacias, que tienen sus propios registros. Es decir, aunque las bases proporcionan información sobre un concepto común, no hablan el mismo idioma”, señala el ejecutivo de Vidal Vademecum. Y agrega: “Entonces, cuando llegamos a Chile recogimos todas estas bases de medicamentos y las homologamos, racionalizamos e incorporamos a nuestra base de conocimiento para ponerlas a disposición de nuestros clientes. Nos gustaría que Minsal avanzara en un repositorio unificado de medicamentos, porque esto supone un beneficio para los pacientes, da seguridad a la industria farmacéutica sobre el buen uso de los medicamentos y permite ahorrar al sistema asegurador al evitar la duplicidad de prescripción”.
La base de datos contiene el nombre del principio activo, todas las alternativas de nombres comerciales, sus especificaciones y las indicaciones y contraindicaciones. “La idea es que hablemos un mismo idioma, que entiendan todos los sistemas, de manera que cuando un profesional de la salud vaya a manejar un medicamento tenga un soporte en la toma de decisión, tanto para la compra, la prescripción, la dispensación como para la administración o el monitoreo”, asegura Bonnet.
Para el ejecutivo de Vidal Vademecum, Chile tiene un desafío importante a futuro: la implementación de la receta electrónica, para lo cual se necesita una descripción y código de marca de los medicamentos originales y una descripción y código de marca de los medicamentos genéricos interpretable por cualquier sistema. “Queremos estimular a las autoridades a difundir estándares de medicamentos asociados a nuestra codificación. Los principales actores del sistema de salud nacional ya integran la terminología Vidal Vademecum. Todos nos beneficiamos de un lenguaje común como primer paso hacia la receta electrónica y el análisis de riesgo.”, señala.
Sobre su ingreso a Pro Salud Chile, señala que hay intereses comunes entre Vidal Vademecum y la entidad gremial, que está conformada por empresas farmacéuticas e informáticas en la búsqueda de políticas públicas adecuadas para el desarrollo de innovaciones en beneficio de los pacientes y del sector salud.
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