Inmediatamente después del anuncio del Presidente Gabriel Boric de indultar a 12 condenados en el marco del estallido social y al exfrentista Jorge Mateluna, el 30 de diciembre pasado, Chile Vamos anunció su decisión de restarse de la mesa de seguridad organizada por el Ministerio del Interior y Seguridad Pública, junto con señalar que había decidido tomar un camino propio en el tema y priorizar la preparación de proyectos de ley. En la derecha hay coincidencia en que fue la polémica de los indultos el punto de inflexión que marcó su salida de dicha mesa, sin embargo, varios personeros de la oposición reconocen que en un principio varios parlamentarios y dirigentes de partidos (UDI, RN y Evópoli) no estuvieron de acuerdo con la decisión o dudaron que fuera una buena idea.
Los opositores que estuvieron en la mesa recuerdan que la ministra del Interior, Carolina Tohá, pensaba que los indultos se anunciarían a principios de enero y que, cuando supo que el anuncio sería el 30 de diciembre, fue evidente que intentó acelerar y cerrar los acuerdos de la mesa para que no se vieran afectados por los indultos. Finalmente, el anuncio presidencial sobre estos se produjo la mañana de ese viernes y el presidente de la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputadas y Diputados, Jorge Alessandri (UDI), salió inmediatamente a decir que la oposición se bajaría de la mesa de seguridad, a pesar de que en ese momento el tema de la delincuencia aparecía como la prioridad de los chilenos en todas las encuestas.
Todos coinciden en que fue el diputado Jorge Alessandri quien lideró la opción de bajarse de la mesa y que uno de los apoyos importantes que tuvo fue el del alcalde de La Florida, Rodolfo Carter, recuerdan en el oficialismo. Hoy, al interior de la derecha varios señalan que la idea de salirse de la mesa no fue socializada a nivel de parlamentarios y, en un principio, no contó con un apoyo unánime del sector. Jorge Alessandri, por su parte, minimiza las críticas y descarta rencillas internas en Chile Vamos a raíz de dicha decisión: “Donde hubo discusión no fue en Chile Vamos. Creo que el enojo y la rabia emergió en la ciudadanía chilena cuando vio que se estaba indultando directamente a dedo a ciertas personas que habían participado en hechos violentos”, plantea. Sin embargo, en el sector hay varios que señalan que la dirigencia de los partidos fue sumándose de a poco a la idea de salirse de la señalada instancia, sin mucho convencimiento.
Alessandri puntualiza que su decisión fue para apoyar a la ciudadanía y recuerda que ese viernes fue una jornada extraña en el Ministerio del Interior: “Lo que hizo Chile Vamos fue tomar esa molestia ciudadana y levantarse de la mesa. Habíamos estado con la ministra Tohá todo ese día, ella sabía de los indultos y tampoco los anunció o socializó con nosotros. Estaba muy apurada ese día por sacar los temas de la mesa, para llegar a un acuerdo y firmar en un punto de prensa ese mismo día. Nosotros no entendíamos tanto apuro, después supimos que iban a anunciar los indultos. Ella (ministra Tohá) intuía que los indultos podían traer problemas a la mesa de seguridad, y por eso decidió ocultarlo por una parte y apurar por la otra”.
Fuentes del Ministerio del Interior indican que uno de los parlamentarios que en un primer momento estuvo incómodo con la salida y tuvo acercamientos con la ministra Tohá, fue el secretario general de RN, el diputado Diego Schalper, sin embargo, para esta nota niega tales dudas iniciales y sostiene: “El día de los indultos tomamos esa decisión. Y estábamos en lo correcto: hemos aprobado más proyectos que nunca porque la realidad le metió velocidad”, dice el parlamentario, que consultado sobre si se arrepiente de aquella determinación, agrega: “Para nada. El tiempo nos ha dado la razón”.
En desacuerdo
Uno de los más críticos opositores a la salida de la oposición de la mesa de seguridad fue el también RN, Manuel José Ossandón. El senador, desde el primer momento, fue categórico respecto a que no correspondía abandonar la mesa convocada por el Ministerio del Interior y que no estaba de acuerdo con la decisión de su sector. Ossandón hoy insiste en que Chile Vamos se equivocó al buscar priorizar su agenda propia, tomando en cuenta que los parlamentarios solo pueden tener iniciativas que no involucre gasto fiscal. Ossandón recordó que la situación de la mesa en esos últimos días de diciembre era compleja, “la ministra se dio cuenta que esta mesa era una instancia que se había transformado en una guerrilla política. Esa fue la crítica que yo le hice a mi sector, en cuanto a quienes vociferaron que se retiraban de la mesa para impulsar su propia agenda, cuando lo cierto es que no se puede impulsar una agenda propia”, dijo el parlamento a Radio Infinita.
Para el senador Ossandón “políticamente era un error inmenso bajarse de la mesa. Para qué hacerlo, si dentro de la mesa hay mucho más que decir, pero los cabeza dura se bajaron, pero yo no me bajé ni me voy a bajar de ninguna mesa (…) Yo nunca nunca abandoné ese espacio. Lo que pasa es lo siguiente: creo que sí hay disposición, pero claro, hay cabezas duras por un lado y por el otro. Pero tal como yo se lo planteé a la ministra Tohá, faltan medidas concretas, porque estábamos trabajando solo sobre titulares, pero esos titulares, con los miembros de aquella mesa, se iban a difuminar para cualquier lado”.
Entre quienes respaldaron a Ossandón en la idea de permanecer en la instancia convocada por el Gobierno, está el alcalde de Puente Alto, Germán Codina (RN), que dijo que pese a estar en desacuerdo con los indultos, decidió permanecer en la mesa de seguridad, porque a su juicio, “los sectores políticos deben estar unidos en la lucha contra la delincuencia”. Para el jefe comunal, “hay antecedentes e incoherencias lo suficientemente profundas alrededor de los indultos como para que exista una señal política como la que dieron”, a su juicio, “volver a esa mesa es muy importante. Hay que retomar el diálogo y buscar soluciones rápidamente”.
Insiste en reivindicar su posición, “estuve y estoy convencido de que no podemos usar de moneda de cambio las necesidades más urgentes de la gente, de que había que tragarse la rabia y trabajar para sacar adelante la agenda de seguridad que tanto necesitan los chilenos. Por el bien de Chile estuve dispuesto a ir contra lo que mi sector señaló, porque consideré que era más importante seguir trabajando y de una vez avanzar para derrotar el narcotráfico y el crimen organizado que tanto daño están haciendo a nuestro país”.