El viernes pasado, el Presidente Gabriel Boric puso término a una gestión poco lucida y decepcionante del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a cargo de Julieta Brodsky. Para dar un giro, el Mandatario sacó del sombrero a un hombre experto en el espectáculo masivo de la televisión, Jaime de Aguirre. El exmúsico y compositor del jingle “Chile, la Alegría ya viene” de la Campaña del No para el plebiscito de 1988, estuvo en la plana mayor de TVN, Chilevisión y Canal 13. En su paso por el espectáculo televisivo dejó huellas en la Teletón, en TVN con la Cultura Entretenida y en Chilevisión, al que tiñó de tinta roja con el enfoque policial. Tras su paso por esta última casa televisiva, De Aguirre fue investigado el 2015 por la emisión de boletas por trabajos presuntamente inexistentes a Soquimich en 2010. En declaraciones ante el Ministerio Público, el ahora flamante ministro de las Culturas sostuvo que tales documentos correspondían a pagos de SQM en forma de bonos de Bancard, la matriz de inversiones de Sebastián Piñera.
Sobre el sorpresivo nombramiento de De Aguirre, el periodista y escritor Óscar Contardo evaluó su designación como “una señal que provoca mucha perplejidad en el ámbito de la cultura, porque es cambiar una forma de enfrentar la cultura por otra. No solamente cambiar un ministro, sino que cambiar una generación por otra y el énfasis que se le dio inicialmente en el programa a la importancia de las comunidades a la hora de generar políticas culturales. Yo no sé cómo se combina con el nombramiento de una persona que viene del mundo de los medios de comunicación masivos”, manifestó Contardo a El Mostrador.
Brodsky y De Aguirre “son dos personas que vienen de mundos muy distintos”, sostuvo el periodista.
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“Además, el rol que ha cumplido Jaime de Aguirre en su ámbito profesional es un asunto más o menos de dominio público. Es una una persona que ha estado muy presente en los últimos 30 años en el ámbito de la televisión. Así que, claro, eso tiene una dosis de orientación cultural, pero solamente una dosis. Y no tiene que ver con la legislación, sino que está ese estar como al otro lado del mostrador”, agregó.
Al respecto, mencionó que el exdirector de Programación de TVN, “en términos de formación profesional y del mundo en el que se mueve, no tiene nada que ver con la ministra anterior. Yo sospecho que Jaime de Aguirre tampoco es una persona que esté muy al tanto de los desafíos legislativos del Ministerio de las Culturas y sospecho que no tiene mayor relación con los gremios”.
Una decisión apresurada
En la ceremonia de cambio de gabinete el Presidente, al referirse al nuevo ministro, expresó: “Primero, gracias por venir acá saliendo del hospital. Tienes una energía que envidio”. Una señal que podría indicar que la elección del perfil del nuevo ministerio fue una elección hecha poco tiempo antes de los anuncios oficiales.
“Todas las señales indican que no había una persona que cumpliera el perfil que se buscaba, o si es que tenían claro el perfil dentro del Gobierno y que alguien sugirió a Jaime de Aguirre y lo convencieron”, analizó Contardo.
En ese sentido, agregó: “No creo que haya sido planificado con mucho tiempo, por las palabras que dijo el propio Presidente Boric, ‘gracias por aceptar a pesar de que estaba enfermo’. Es algo que le ofrecieron dentro de un rango de un par de días”.
La cultura en el Gobierno
Además, el periodista explicó que, cuando asumió el Gobierno de Boric, las expectativas en el sector cultural eran altas. Es más, un gran número de actores, comediantes y escritores apoyaron públicamente la candidatura del Mandatario.
“Lo que se esperaba era que el Ministerio de las Culturas durante este período brillara desde el principio y que no solamente fuera un problema, sino que se destacara y que cumpliera con avances importantes. El mundo de la cultura en general adhiere a las ideas del Gobierno, por lo tanto, era un ámbito en el que las expectativas eran altas por razones muy concretas. Esas expectativas no se han cumplido. No se cumplieron durante el primer año. El avance legislativo fue muy modesto, tal como lo comprobó la propia Bárbara Negrón, del Observatorio de Políticas Culturales (OPC)”, expresó.
Además, la exministra Brodsky, previo a su cargo en La Moneda, fue parte del OPC.
“Entonces, ¿que el mismo observatorio en el que ella había trabajado plantee esta deficiencia es un fracaso? Sí”, aseveró.
En las encuestas, la extitular de las Culturas presentaba uno de los menores índices de reconocimiento en el Gobierno, en ese sentido, Jaime de Aguirre llega a dicha cartera siendo una figura más reconocida, pero solo por algunos sectores de las artes.
“Al parecer, el perfil público que tenía la ministra Brodsky era más bien un perfil muy bajo, que no era muy reconocida públicamente y habrían esperado una persona con mayor reconocimiento público. Jaime de Aguirre es una persona importante que ha estado en los últimos 30 años en primera línea en el ámbito de las comunicaciones, pero tampoco es una persona de una popularidad masificada. O sea, él trabajaba en el ámbito de los medios masivos. Sin embargo, no es un personaje que tú le puedas preguntar a cualquier persona en la calle, le muestres una foto y lo vaya a reconocer”, dijo el autor de Loca fuerte. Retrato de Pedro Lemebel.
Contardo, igualmente, identificó otro síntoma que marca el manejo de la cultura en el Gobierno: el Presidente ha demostrado abiertamente su apoyo a las distintas expresiones artísticas, ha citado a poetas y cantantes en sus discursos, ha visitado ferias de libros y se ha reunido con artistas como Mon Laferte. Sin embargo, el Ministerio de las Culturas no ha sido bien evaluado.
“No quiero sonar pesado, pero un Presidente que permanentemente se está sacando selfies con escritores y, a la hora de los quiubos, su Gobierno no presenta avances en términos de la difusión de la lectura y en expandir claramente la lectura en una sociedad no lectora, me parece un contrasentido”, opinó el periodista.
Contardo fue claro y afirmó que el primer año de gestión en el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio “ha sido súper decepcionante”.
“Esa decepción es más bien generalizada. Hay mucha gente que no lo expresa explícitamente para no dañar al Gobierno. Un Gobierno que, es cierto, está enfrentando muchísimo desafío y está enfrentando muchísimos ataques de todos los flancos”, agregó.
La conmemoración de los 50 años del golpe de Estado
El nuevo ministro de las Culturas integró, en los años 80, la productora Filmocentro, donde gestó varios discos del selle Alerce, y fue el creador del jingle “Chile, la alegría ya viene”, del plebiscito de 1988. Justamente, el ministerio que llega a liderar tiene un rol relevante en la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado que se cumplen este 2023, debido al rol que han jugado las diferentes expresiones artísticas en la labor de la memoria.
En tal sentido, Óscar Contardo planteó que “uno puede sospechar que su nombramiento tiene que ver justamente con la conmemoración de los 50 años del golpe. Recordemos que era la ministra la que estaba a cargo de eso. Pero, primero, eso es un tema de corto plazo que es este año y, segundo, yo creo que es un tema en el que, claro, el Ministerio de las Culturas tiene mucho que decir, pero no puede transformarse en la labor central de un ministro de las Culturas”.
“A no ser que lo que tengan pensado es que este ministro va a durar este año y va a estar enfocado en, principalmente, esa conmemoración y después vaya a dejar la cartera. Yo creo que un ministro no puede ser nombrado en función de una conmemoración puntual”, concluyó Contardo.
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