Fuente / Ciencia y Salud
Con una amplia audiencia virtual de profesionales médicos, laboratorios, instituciones públicas y privadas y la industria, se desarrolló el seminario virtual organizado por Pro Salud Chile, en el que se dieron a conocer los avances en la implementación del nuevo Sistema Nacional de Receta Electrónica Minsal.
La jefa de Proyecto Receta Electrónica Minsal, Carla Oliveri, expuso que se trata de un tema de alta relevancia para la salud en Chile, considerando que en el país se realizan alrededor de 100 millones de recetas al año, en su gran mayoría de tipo gráfico (escritas a mano en papel) y con más de una prescripción.
“En Chile, a los problemas de escritura y llenado de receta, se le suman las barreras geográficas. La irrupción de la telemedicina, si bien dejó en evidencia las deficiencias, fue también una oportunidad para darle un soporte importante a esta nueva plataforma de atención que permite un mayor acceso, considerando que hay 111.906 prescriptores autorizados y 5.786 establecimientos de expendio autorizados en todo el país”, señaló Carla Oliveri.
La representante del Minsal sostuvo que la implementación del Sistema Nacional de Receta consta de cuatro etapas distribuidas entre 2023 y 2026, iniciando con prestadores individuales y farmacias comunitarias, además de un piloto en APS, migración de los datos a la nube y el desarrollo de la receta cheque.
Estos procesos están en desarrollo y darán paso, posteriormente, a las siguientes fases que abordarán la atención ambulatoria, de urgencia y la integración en la atención cerrada, seguros e isapres.
“La plataforma web de receta electrónica ha estado operativa en marcha blanca desde septiembre de 2021, con más de 2 millones de recetas realizadas para más de 600.000 pacientes y más de 23.000 profesionales prescriptores que han utilizado, al menos una vez, la plataforma electrónica, llegando a más de 14 mil prescriptores mensuales y 160 mil recetas al mes y con un crecimiento permanente”, detalló la autoridad.
Entre las principales características que Oliveri relevó del nuevo sistema de receta electrónica, está su carácter universal para prescriptores y dispensadores, con repositorio único; que es interoperable, con estándares internacionales de seguridad (HL7 FHIR), gratuito, evolutivo en su permanente mejora y trazable.
Además, destacó que para prescriptores este sistema tendrá un lenguaje estandarizado, se podrá hacer un mejor seguimiento de la prescripción de un paciente y se podrán evitar los errores de prescripción, ya que no es caligráfico.
Asimismo, previene falsificaciones y el ejercicio ilegal de la profesión; evita errores de dispensación por ilegibilidad de los textos para los farmacéuticos, reduce tiempos de gestión de las recetas, tendrá interoperabilidad con el futuro libro de medicamentos controlados, y supondrá mejor resguardo y estadísticas reales sobre el consumo de medicamentos, entre otras importantes ventajas.
“El objetivo de la implementación es transitar desde una receta papel hacia una electrónica y esperamos que, en un futuro no muy lejano, sea la electrónica la principal forma de prescripción o de realizar una receta a un paciente, básicamente por todos los elementos de seguridad que contiene”, apuntó Carla Oliveri
El factor clave: interoperabilidad
Teniendo en cuenta que la fragmentación de la información es uno de los problemas más comunes en los sistemas de salud en Latinoamérica, donde finalmente el paciente es el receptor y transmisor de sus propios datos clínicos, la solución pasa por un eficiente sistema de interoperabilidad que habilitará la usabilidad de la receta electrónica.
Para esto, la unidad de Interoperabilidad diseñó una plataforma que mejora la continuidad del cuidado del paciente, con transparencia y acceso a sus datos clínicos y que mejora la eficiencia, disponibilizando y centralizando la información para la toma de decisiones, y que trabaja con el cruce de información proporcionada por el Registro Civil, Fonasa, de prestadores para validar recetas, con terminología estándar y un repositorio de datos clínicos que podrá ser usado por diversos sistemas, tanto públicos como privados de atención.
“Con este proyecto de interoperabilidad para recetas médica, el paciente tendrá un fácil acceso a sus recetas y dispensaciones, sin necesidad de tomar una otra hora al médico para obtener de nuevo la receta en caso de pérdida, Además, habrá acceso a la información del tratamiento farmacológico del paciente de forma oportuna y en el lugar que se requiera, y habrá disponibilidad de datos para desarrollar sistemas de apoyo a la decisión clínica”, comentó Pablo Pizarro, jefe de Proyectos TI del Minsal y encargado de la unidad de Interoperabilidad en Salud de la cartera.
Avance relevante
Jorge Cienfuegos, presidente del Colegio de Químicos Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile, subrayó que “es muy importante el paso que se está dando con la Receta Electrónica, porque al ver los datos internacionales y los extrapolamos a Chile, estaríamos pensando que al menos una persona al día muere por elementos asociados a una mala escritura de la receta. Cabe consignar, además, que una receta mal escrita es considerada ilegal, ya que está explicitado en el código sanitario que la receta debe ser escrita con letra imprenta legible”.
Cienfuegos destacó varias ventajas de la iniciativa, como el evitar o disminuir la falsificación de recetas y rechazo de prescripciones por letra ilegible, además de entregar la posibilidad de interacción entre prescriptor y dispensador y la opción de feedback al prescriptor sobre el tratamiento de su paciente, entre otros beneficios.
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