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Expertos aseguran que cada vez se están detectando casos a más temprana edad. Además, el informe proyecta que si Chile mejora sus cifras, podría evitar más de 35 mil muertes a 2040.

Fuente: Max Chávez / El Mercurio

Alrededor de 20 millones de personas mueren anualmente en el mundo a causa de la hipertensión. La presión arterial alta puede desembocar en muchas afecciones de salud, como enfermedades del corazón, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, problemas en los ojos y otros.

Y Chile está lejos de ser la excepción. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, que será presentado en la sesión anual de la Asamblea General de la ONU y al cual »El Mercurio» tuvo acceso a los resultados en detalle por país, se observa que un 36% de la población padece esta enfermedad, por encima del promedio global (33%).

Pero incluso más preocupante que el nivel de prevalencia, es que el 71% de las personas que tienen hipertensión en Chile ha sido diagnosticada. Mientras que del total de personas con hipertensión solo el 59% se encuentra en tratamiento (ver infografía).

El exministro de Salud Jaime Mañalich sostiene que »la presión alta significa que las arterias que llevan la sangre a distintas partes del cuerpo envejecen mucho más rápido. Entonces, si esa hipertensión afecta al cerebro, se puede tener un infarto cerebral; si afecta las arterias coronarias, un infarto al corazón; si afecta a los riñones, se echan a perder. Es la raíz de múltiples enfermedades».

Ahora bien, pese a que una buena parte de quienes padecen la enfermedad están diagnosticados y más de la mitad se encuentra en tratamiento, la OMS establece que en Chile apenas el 34% de las personas con hipertensión tiene su enfermedad controlada. Aunque esta cifra esconde una dispar realidad si se analiza según sexo, ya que mientras en el caso de las mujeres el 42% mantiene controlada su patología, en el de los hombres el promedio disminuye al 27%.

Daniel Ajenjo (59) recuerda que rozaba los 30 años cuando en un viaje fuera de Chile, en una consulta por un resfrío común, le diagnosticaron hipertensión. Al llegar al país consultó a un especialista y »efectivamente, era hipertenso», dice.

Christian Karmelic, cardiólogo del Centro de Enfermedades Cardiovasculares de Clínica Universidad de los Andes, advierte que »es un problema que no tenemos controlado como país». El experto añade que si bien a los pacientes diagnoticados »se les da un tratamiento, muchas veces se quedan tranquilos con que están tomando medicamentos y no necesariamente eso los tiene bien controlados. Y muchas veces la gente no se controla lo suficiente como para saber si está realmente bien».

Justamente ese era el caso de Daniel, quien dice que era muy común descompensarse: »Después de un tiempo, los remedios que me daban no me hacían el mismo efecto y se me disparaba la presión. Aparentemente, era porque tenía una hipertensión endocrina, por la que me operé este año». Finalmente, se demoró casi 30 años en controlar verdaderamente su condición. »Ahora tomo un remedio y ando perfecto, antes me tomaba cinco en el día», afirma.

Una tarea a futuro

El porcentaje de población con su enfermedad controlada es fundamental para mejorar los resultados a nivel país. De hecho, según la OMS, si a 2040 Chile logra subir la proporción a más del 70%, se evitarían cerca de 35 mil muertes.

Aunque no es una tarea fácil, pues para conseguir una tasa de control del 50% se necesitaría tratar eficazmente a 642.00 personas más con hipertensión.

Pese a que la tasa de control en Chile sigue estando lejos de los estándares a los que apunta la OMS, si se compara con la realidad regional, el país muestra los mejores resultados. Con el 34% de la población que sufre hipertensión controlada, se ubica por encima de Brasil y Colombia, que lo siguen con 33%, y muy por encima de Ecuador (29%) y Bolivia (26%).

Sobre posibles síntomas, el cardiólogo Karmelic destaca que »los síntomas son muy inespecíficos en la hipertensión y en muchos casos los pacientes son asintomáticos, incluso en la mayoría de los casos. Muchas veces el paciente no se da cuenta, y por eso la mejor forma es que la gente se acostumbre a tomar la presión cada cierto tiempo. Si el paciente tiene antecedentes en la familia de hipertensión, con mayor razón debe controlarse. Mientras más joven, mejor, porque estamos viendo que cada vez la hipertensión parte antes, con pacientes de 20 a 30 años».

Según Mañalich, »este reporte de la OMS nos dice que la forma habitual en que manejamos esta enfermedad, diciendo ?coma un poco menos de sal, vaya de vez en cuando al cardiólogo’, sirve de muy poco».

Por lo mismo, el exministro dice que esto abre una oportunidad »muy importante, que es lo que yo llamo el paciente digitalmente empoderado. Ya hay relojes que toman la presión, cualquier persona puede tener una máquina para controlar la presión en la casa. Entonces, es perentorio tener una plataforma digital de seguimiento donde la persona informe o tenga un medidor de presión que esté conectado a la red».



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