Se le rompió el jarrón al Presidente Boric

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El 29 de enero de 2003, una tecla mal apretada al digitar una dirección de correo estuvo a punto de destruir el sistema financiero chileno. Todo fue porque la entonces secretaria del presidente del Banco Central, Pamela Aranda, había entrado la noche antes al computador de su jefe, el presidente del Banco Central, Carlos Massad, para enviarle información privilegiada del dólar a su amante y gerente general de la corredora de bolsa Inverlink, Enzo Bertinelli. Al otro día, Massad se percató que un mail había rebotado por tener mal escrita la dirección y explotó el caso Corfo-Inverlink. Como titularon Sandra Radic e Iván Weissman en su crónica de El Mostrador en 2015 ese fue “el día en que el sistema financiero chileno estuvo a punto de quebrar y nadie lo supo”.

El caso Corfo-Inverlink remeció el escenario político y financiero nacional a niveles comparables solo con la crisis del sistema bancario de 1981. Fue en medio de esa coyuntura, probablemente sin saber las reales consecuencias de lo que estaba ocurriendo, que el entonces presidente Ricardo Lagos apareció en un matinal en el sillón de su living explicando que lo que estaba pasando era “como si entraran a mi casa, me robaran un jarrón y después lo llevaran a un reducidor. Ese es el rol de Inverlink… pero se descubre el jarrón y obviamente lo voy a recuperar porque el jarrón es mío”.

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Después de conocida la teoría del jarrón, ardió Troya porque no era verdad que el Estado chileno podía recuperar su jarrón, más bien era todo lo contrario, y los tenedores de bonos soberanos chilenos estaban a punto de invocar la cláusula del “cross default”, lo que habría llevado al gobierno a la bancarrota. Es en este negro escenario que Ricardo Lagos y su ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, sacaron sorpresivamente la carta que enfrió inmediatamente la temperatura de los mercados chileno e internacional al anunciar a Vittorio Corbo como nuevo presidente del Banco Central.

El nombramiento de Alberto van Klaveren en el Ministerio de Relaciones Exteriores, guardando las proporciones, tiene similitudes con el efecto que tuvo el nombramiento de Vittorio Corbo después del episodio del jarrón. Ambos nombramientos devolvieron el alma al cuerpo, en el caso de Corbo fue al mercado financiero, en el caso de Van Klaveren a nuestros vecinos y a la diplomacia chilena.

El Presidente Gabriel Boric lleva 12 meses de una seguidilla de errores y desmesuras en el ámbito de las relaciones internacionales, “era imposible haberlo hecho peor” comenta un importante diplomático chileno. El principal responsable de esta desmesura es el propio Presidente Boric, que hizo y deshizo sin posibilidad de contrapeso por parte de la canciller Antonia Urrejola, mientras era celebrado por un equipo de asesores inexpertos del Segundo Piso que no parecía darse cuenta del desconcierto que producía el Mandatario entre los vecinos y en el ámbito internacional.

Momentos difíciles

La diplomacia es una arte donde las cosas no se cuentan, no se dicen, sólo se ejecutan, ojalá en silencio y con mucho recato. Son los resultados los que hablan en la diplomacia y nunca se celebran, sólo se guardan en el cajón de los objetivo cumplidos.

La lista de errores del Presidente Boric es larga, muy larga y no es necesario recordarla en detalle porque aburre y agota. El último episodio fue en enero recién pasado, durante la VII Cumbre de la CELAC en Buenos Aires, Argentina, cuando el Mandatario le contó al mundo qué opinaba respecto a la compleja situación política peruana tras la destitución y detención del presidente Pedro Castillo por intentar un “autogolpe”, lo que derivó en que el Congreso nombrara como presidenta interina a la parlamentaria Dina Boluarte y se produjeran serias movilizaciones sociales, algunas de ella muy violentas.

En este contexto, Boric declaró frente a los mandatarios asistentes al encuentro y a la prensa internacional que: “no podemos ser indiferentes cuando hoy día en nuestra hermana República de Perú, con el Gobierno bajo el mando de Dina Boluarte, personas que salen a marchar, a reclamar lo que consideran justo, terminan baleadas por quienes deberían defenderlas. Más de 50 personas han perdido la vida y eso nos debería escandalizar”.

También aprovechó la oportunidad para recordar tiempos aciagos, “es inaceptable también que las universidades de América revivan las tristes escenas de los tiempos de las dictaduras del cono sur, como sucedió recientemente con el violento ingreso de la policía a la Universidad de San Marcos. Frente a estos atropellos, reitero la voluntad de Chile para contribuir a todos los espacios multilaterales para acompañar un diálogo inclusivo capaz de construir gobernabilidad democrática y asegurar el respeto a los derechos humanos”.

Como dijo después de escucharlo el ex embajador y académico chileno José Rodríguez Elizondo, “por su situación geopolítica Chile debiera tener muy en cuenta los efectos de intervenir en soberanías ajenas. Las relaciones internacionales son política de Estado, al margen de la ideología de los gobernantes. Desde esa mirada, esas declaraciones no fueron prudentes y no contribuyen a la mejor posición regional de nuestro país”.

Pero lo más grave del discurso presidencial, según Rodríguez Elizondo, fue que el mandatario estaba abriendo una caja de pandora: “es cosa de mirar a nuestros vecinos. Bolivia no tiene relación diplomática con nosotros y Evo Morales es un gran activista contra nuestros intereses nacionales. Con Argentina tenemos conflictos por soberanía y problemas diplomáticos pendientes. Con el único vecino que no teníamos problemas objetivos era el Perú y ahora, contra nuestro talante histórico, tomamos la iniciativa para decirle a su presidenta cómo debe enfrentar la crisis en desarrollo”, dijo en una entrevista publicada en Ex-Ante.

Todo este despliegue de las habilidades diplomáticas del presidente Boric en Buenos Aires estuvo condimentada con la filtración de una grabación que daba cuenta de la reunión donde la canciller Urrejola y sus asesores diseñaron, con lenguaje propio de pinchanga futbolera, la respuesta del gobierno chileno al exabrupto del embajador argentino en el país. La grabación fue mundialmente conocida mientras Boric y Urrejola asistían como invitados del gobierno argentino a la VII Cumbre de la Celac en Buenos Aires.

Este y los otros varios eventos ocurridos en los últimos 12 meses explican la sorpresiva salida de toda la plana mayor de la cancillería. Nunca, desde el retorno de la democracia en 1990, ese ministerio había sufrido una razia del nivel que sufrió el viernes, cuando salió la canciller, sus dos subsecretarios y toda la camarilla de asesores que los acompañaban. La llegada de Alberto van Klaveren al último piso de Teatinos 180 permitirá dormir más tranquilo al mundo diplomático chileno y, por qué no, a varias cancillerías de los países vecinos.

Cómo habrá sido de relevante para el gobierno que el nombre del nuevo canciller fuera impoluto y diera garantías a todos los sectores que, Marta Maurás, la primera candidata para ocupar el cargo terminó descartada minutos antes del cambio de gabinete porque se conoció un antiguo posteo en Twitter donde hablaba a favor de la inmigración. Si era necesario tener tan limpio el certificado de antecedentes, el nuevo ministro de Cultura, Jaime de Aguirre, o el de Deportes, Jaime Pizarro, tenían muchos más antecedentes delicados que la señora Maurás.

Con Alberto van Klaveren llega a la cancillería el panzer de la diplomacia chilena, una persona que ha participado silenciosamente en todos los momentos complejos y álgidos que ha enfrentado nuestras relaciones internacionales en los últimos treinta años. Fue parte del equipo que movió los hilos para lograr traer de vuelta al ex dictador Augusto Pinochet desde el Reino Unido y así tranquilizar el encrispado ambiente político en que ocurrieron las elecciones del 1999 y que permitieron llevar a Ricardo Lagos a La Moneda, el primer presidente socialista después del Golpe de Estado de 1973. De la misma manera sigilosa operó como agente de Chile ante La Haya cuando se discutían los litigios limítrofes pendientes con Bolivia y Perú, y vaya uno a saber cuántas otras operaciones de este tipo habrá comandado bajo el manto de la discreción y la diplomacia.

El otro forado del jarrón

Pero en este último cambio de gabinete, el jarrón del Presidente Gabriel Boric no apareció roto sólo en el tema de las relaciones internacionales. Una de las fracturas más grandes y complejas estuvo en el majadero intento por implementar tanta “idea bonita” vociferada durante la campaña y en sus primeros meses en La Moneda.

En este cambio de gabinete salieron ministras y ministros que el Presidente estimaba habían tenido una pésima y/o reprochable gestión de sus carteras. En el caso de la canciller, el presidente tuvo la deferencia de invitarla a su despacho tres días antes de conocerse su remplazante para decirle personalmente que la sacaría de su cargo, el mandatario no hizo eso con ninguno de los otros ministros que salieron del gobierno. Es probable que el presidente tuviera este gesto con Urrejola porque sentía cierta responsabilidad en su mala gestión, pero es decidor que no tuviera esta deferencia con los otros ministros porque estaba molesto por el mal desempeño que tuvieron en sus respectivas carteras. Cultura, Obras Públicas, Deportes y Ciencia eran serios problemas para el gobierno.

Algo parecido pasó en el caso de los subsecretarios donde era insostenible mantener al original creador de las “side letters” del TPP11, José Miguel Ahumada, o al mediático subsecretario de Salud Pública, Cristóbal Cuadrado Nahum, por sólo nombrar algunos. La gran mayoría de los subsecretarios que salieron fue porque eran inoperantes o entorpecían seriamente el trabajo de sus ministerios. El resto de los subsecretarios removidos -los menos- fue para equiparar fuerzas entre Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático.

La necesidad del equilibrio de poder tras un año de gestión se produce luego de tres meses del primer cambio de gabinete en que se sumaron nuevos rostros del Socialismo Democrático al comité político y quedó en evidencia el aporte que ha hecho este sector con Mario Marcel, Manuel Monsalve, Carolina Tohá, Carlos Montes, Ana Lya Uriarte, entre otros.

Este cambio de gabinete del Presidente Boric en una primera y rápida mirada podría parecer un cambio menor, sólo de carteras sectoriales, que estuvo destinado a lograr  equilibrios de poder entre las dos coaliciones gobernantes, pero no es así, el viernes Boric reconoció que gobernar no era sencillo y exigía ministros experimentados y eficientes que lograran resultados concretos. Porque, finalmente, como reconoció el presidente Lagos después del caso Corfo-Inverlink la cosa no era tan fácil como ir y “recuperar el jarrón porque el jarrón es mío”.

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Ministro Ávila tras permanencia en gabinete: apunta a «impulsar la reactivación educativa»

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El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, abordó este sábado su permanencia en el gabinete tras el ajuste ministerial realizado por el Presidente Gabriel Boric el viernes. Al respecto, apuntó a “impulsar la reactivación educativa”.

“Yo asumo la responsabilidad que me corresponde ahora, que es impulsar la reactivación educativa, sin duda alguna que mantenerse en el gabinete y seguir trabajando por aquello que más tenemos hoy día la obligación que es la reactivación del sistema”, dijo Ávila, consigna La Tercera.

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Recordemos que, según había trascendido en la prensa, el Presidente Boric iba a remover al ministro Ávila de su cargo, algo que no finalmente no sucedió.

Discusión con Delgado

El secretario de Estado protagonizó el martes una discusión con la diputada Viviana Delgado (PEV), lo que le valió críticas opositoras.

Según relató la legisladora, tras una sesión de la Comisión de Educación de la Cámara Baja, se acercó Ávila para pedirle la reapertura de un colegio de Maipú. De acuerdo a Delgado, el ministro de Educación le gritó.

La reacción de Ávila gatilló que la diputada Delgado no se presentara en la votación en general de la reforma tributaria del Gobierno. Delgado se ausentó junto a Pamela Jiles (IND) y Mónica Arce (IND), votos claves que incidieron en el rechazo a la iniciativa.

Sobre ese episodio, Ávila expresó que “ya conversamos (con el Presidente), y eso en el fondo hoy día nos tiene que dejar algunas enseñanzas. Yo soy profesor, por lo tanto lo que uno aprende, cada circunstancia de la vida es un aprendizaje”.

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Cambio de gabinete: las sillas del terror

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Siempre es recomendable no dar dobles lecturas cuando sucede algo en la política. En general, los gestos, las disposiciones de las cosas y las palabras que se eligen en un discurso o por lo menos en una instancia preparada como un cambio de gabinete son intencionadas.

Durante la mañana del viernes 10 de marzo, el histórico Salón Montt Varas tenía siete sillas para las personas que vendrían a ocupar nuevas carteras. Después fueron seis y, luego, cinco. Eso, acompañado de nombres que iban y venían dentro de las posibles nóminas del Gobierno. Un miembro del Comité Político lo explica diciendo que “trabajamos todo el día, fue muy intenso, nadie se movió mucho porque La Moneda estaba llena de prensa y era inquietante saber que sacaban y ponían sillas”.

La ministra Vallejo dijo que era un problema de producción y así lo confirmaron otras fuentes. Pero, dado que estamos en política y el día ofreció nombres que se bajaron antes de ocupar el cargo, es ineludible darle una segunda lectura. Sobre todo porque uno de los ministros cuestionados, Marco Antonio Ávila, pareció salvarse de la ruleta rusa en esta ronda. 

La señal de que se venía el cambio de gabinete la dio el Presidente al devolverse del norte, sin visitar Colchane, localidad símbolo de la inmigración, para retornar el miércoles de la próxima semana. Ilógico, aparentemente, porque la reunión de gabinete programada para el sábado, en el aniversario del primer año del Gobierno, tenía que ser con el nuevo equipo.

La noche del jueves fue larga. Los equipos se quedaron revisando los nombres propuestos, chequeando sus redes sociales y declaraciones pasadas para que ningún impasse ensuciara el cambio. Esos chequeos se dieron hasta el último minuto. Lo único que se supo durante la mañana fue que había siete sillas instaladas en el Salón Montt Varas, lugar en el que se llevaría a cabo el cambio. 

El acto estaba contemplado a las 13:00 horas. Sin embargo, desde el Patio de los Naranjos se pudo ver a los diferentes ministros salir por la puerta del Palacio que da a la Plaza de la Constitución. Se iban a sus ministerios, pues se había pospuesto la hora del evento. “Entre dos y tres y media”, se escuchó decir en los patios de La Moneda. El clima empezó a llenarse de incertidumbre, los rumores escalaron y llenaron el ambiente hasta el último minuto. 

En los matinales no dejaban de salir rumores que prometían caras inéditas que no se habían comentado durante los días anteriores: “Ripamonti le dijo no al Presidente Boric”, aparecía en el GC de ‘Tu Día’, de Canal 13. Un tuit de la alcaldesa de Viña del Mar, en respuesta a esos rumores, terminó avivando aún más el tema: “Mi rol en la institucionalidad fue una decisión muy excepcional, motivada exclusivamente, por el amor que tengo por la ciudad de Viña del Mar, la que me vio crecer desarrollarme. Sacarla de la corrupción e impulsar su desarrollo es el único deber público que pretendo tener” y el matinal tuvo material para hablar extensamente al respecto.   

Otros medios habían tenido la exclusiva de que Marta Maurás estaba confirmada para llegar a la Cancillería. Sin embargo, como ya se sabía de su nombramiento, la inconformidad del ambiente diplomático no se hizo esperar y reaccionó antes de su designación oficial. En paralelo, en el matinal de Mega revisaron algunos tuits polémicos y antiguos de Maurás sobre inmigración y se empezó a especular sobre su salida. No había llegado y ya estaba fuera. 

Las siete sillas resultaron ser un pie forzado para pensar los cambios. Las carteras más posibles para el cambio eran Minería, Cultura, Deporte, Educación y Cancillería. Las otras eran posibilidades más alejadas, ¿especulaciones?, ¿Giorgio Jackson?, ¿alguien del Comité Político?, ¿el ministro de Economía Nicolás Grau?

La espera en el Patio de los Naranjos dio pie a conjeturas, para confirmar las certezas y alimentar más dudas. Sobre la salida de la ministra Urrejola no había dos opiniones. La verdadera pregunta era quién la iba a reemplazar ahora y qué iba a hacer el Gobierno para armar este puzle de manera rápida y eficiente. Lo único que se supo fue que llegaba un hombre ligado al PPD. Más tarde, se confirmó la información en el Salón Montt Varas. 

La mayoría del Comité Político se encontraba dentro del Palacio, pues sus ministerios se hallan en la casa de Gobierno. A eso de las 13:30 horas entró la ministra Tohá. Desde ese momento empezaron a llegar todos los ministros con un intervalo de no más de cinco minutos. La espera se hizo eterna. Incluso porque no había una certeza clara de quiénes habían llegado. La ministra de Salud, Ximena Aguilera, y el ministro Grau, habían aprovechado de entrar por otro lugar. La última en llegar fue la ministra de Minería, Marcela Hernando.

A las 15 :00 horas estaba la prensa esperando afuera del salón. El tiempo había pasado lento porque los plazos prometidos no se habían cumplido. Se sabía que no querían alargar la ceremonia, que solo sería una ceremonia para el cambio de ministros y que de los subsecretarios se sabría por un comunicado de prensa. 

En la mañana había siete sillas y ahora, antes de ingresar al salón, quedaban solo seis. Todo listo y dispuesto para llevar a cabo la ceremonia. Las cámaras y la prensa estaban instaladas. Pero, de improviso, apareció una persona del equipo del Gobierno y se llevó una silla. Ahora no serían seis las carteras que cambiarían, tampoco siete, sino cinco. El gesto de quitar un asiento a último minuto, a lo menos, dio para pensar que se tomó una decisión en el último segundo: un ministro se había salvado.

De pronto se abrió la puerta sur del salón y se dejó ver la pintura de Manuel Montt. El primero en la fila de ministros era el de Educación, Marco Antonio Ávila. Mientras se instalan en sus puestos, conversan y susurran entre ellos y ellas. Murmuran. La ministra Tohá conversa con un periodista, luego con la ministra Vallejo. La vocera de Gobierno sale del salón, entra, vuelve y conversa con la ministra del Interior. Parecen querer olvidar algo, como que “ya está”, que no hay tiempo para eso. Al entrar el Presidente, Tohá se acerca –como indica el protocolo de la ceremonia– y le murmura algo al oído. Ya no puede pasar nada más porque el maestro de ceremonias, el subsecretario Manuel Monsalve, comienza a hablar y a nombrar a quienes dejarán sus cargos: Antonia Urrejola, Juan Carlos García, Julieta Brodsky, Alexandra Benado y Silvia Díaz. Estas últimas, estaban juntas en la tarima. 

En ese mismo orden llamaron a los ministros entrantes y el nuevo canciller, Alberto van Klaveren, comienza a caminar hacia la mesa donde está el Presidente. Van Klaveren firma el decreto de nombramiento y las ministras Ana Lya Uriarte y Maya Fernández se acercan a Urrejola para abrazarla.  

La cartera de Obras Públicas fue una de las que sorprendió con el cambio. Juan Carlos García se despidió de su cargo abrazando a su sucesora Jessica López, quien estuvo acompañada por varios familiares que recorrieron La Moneda. García, le dio un abrazo al Presidente y se sentó en una de las cinco sillas que esperaban a los que se retiraban, a los exministros. 

El cambio de Julieta Brodsky fue, quizá, el menos sorpresivo. Sin embargo, su reemplazo, Jaime de Aguirre, fue la gran novedad del día. Durante el discurso del Presidente, De Aguirre se mostró un poco incómodo, pues vino directo del hospital donde le habían hecho una cirugía. Esto explicó que durante el punto de prensa, que dieron los nuevos ministros y la ministra Vallejo, el ahora titular de las Culturas no participara. 

“Don Jaime ‘Kayser’ Pizarro, ¿juráis o prometéis desempeñar fielmente el cargo de Ministro de Estado que se os ha conferido conforme a la Constitución y las leyes?”, preguntó el Presidente Boric con un gesto risueño mientras torcía el hiperformalismo protocolar al llamarlo por su apodo futbolístico. El campeón de la única Libertadores de Chile entró a la cartera del Deporte luego de una cuestionada gestión de la exministra Alexandra Benado. 

Mientras el ministro Pizarro firmaba, Aisén Etcheverry, quien estaba a segundos de ser la tercera ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, suspiró profundamente, como sí comenzara una carrera.  

El Presidente se instaló frente a sus nuevos ministros y comenzó a rayarles la cancha. Les dijo qué es lo que espera de cada uno(a), su tarea principal. También aprovechó de advertirles que los problemas ocurridos con la reforma tributaria solo se resolverían por el camino del diálogo. “Dialogar hasta que duela”, dijo, y finalizó con un: “A trabajar, gracias”.

El último ministro en cruzar la puerta del salón fue Ávila, que salió aliviado de no tener silla para sentarse. La ministra Vallejo insistió en que fue “un error de producción”. La presidenta del PS, Paulina Vodanovic, contó como anécdota que la silla se dejó ahí para “distraer” y que después se olvidaron de retirarla. 

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Cambio de Gabinete: analistas apuntan a «ajuste de gestión» y al fin de las divisiones entre las dos coaliciones del Gobierno

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Marta Lagos, fundadora de Latinobarómetro y MORI Chile, sostuvo que desde 2015 en adelante cambió la manera en que se miran los gobiernos. A su juicio, junto con señalar que “los ministros, salvo unos muy pocos, no son conocidos”, los gabinetes “dejan de jugar el rol que jugaron antes de 2010”.

Según la encuestadora, la gente espera resultados en su vida diaria, y los ministros “no son los actores, sino las políticas públicas”. En ese sentido, afirmó que este cambio de gabinete tiene claramente “un sentido de gestión” para el Presidente, sobre todo porque cambió a una cantidad importante de subsecretarios que son los que “manejan” los ministerios.

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Marta Lagos valoró, eso sí, el cambio en la cartera de Relaciones Exteriores, que a su entender “Dios sabe que se debe a errores que se produjeron también a nivel presidencial”, y donde el hilo “se corta por lo más delgado”. Albert Van Klaveren, asegura, “es un gigantesco profesional y será un gran canciller”.

“El resto de los ministros nuevos no son ni los políticos más importantes ni los más conocidos. Se trata más bien de un ajuste del Presidente en su gestión”, reiteró la analista, para quien además es interesante que sean tantos independientes los designados.

“El cambio de gabinete es, al final del día, un resorte de la elite para la elite, mientras la gente se pregunta: ‘¿y qué cambia para mí?”, cuestionó Marta Lagos, junto a la siguiente reflexión: “Hoy los pueblos buscan soluciones a los problemas, todo lo demás es irrelevante, por eso la política está tan en el suelo. Aquí se le da demasiada importancia a cosas no importantes para la gente”.

“Se termina el gobierno de juntos, pero separados”

En tanto, según Noam Titelman (RD), economista de la PUC e investigador adjunto del Centro de Sistemas Públicos de la Universidad de Chile, el cambio de gabinete “es un paso más para superar las divisiones entre las dos coaliciones”.

“Ya en el cambio de gabinete anterior quedó claro que este era un gobierno de dos coaliciones con igualdad de participación. Se notó con el comité político y la incorporación de Ana Lya Uriarte y Carolina Toha. Pero con este cambio, especialmente a nivel de subsecretarías y seremis, se termina el gobierno de ‘juntos, pero separados'”, afirmó también el director de la Fundación Superación de la Pobreza y magíster en Métodos de Investigación Social por la London School of Economics and Political Science (LSE).

De acuerdo con Titelman, “en varios equipos de trabajo habrá personas de toda la diversidad de partidos”. Además, enfatizó que el ajuste ministerial se produce en un momento en que es muy importante “tener la casa ordenada”.

“El llamado del Presidente a ‘dialogar hasta que duela’ refleja lo importante que es construir una mayoría política que pueda hacer reformas urgentes, como la tributaria. Y para construir puentes hacia afuera, lo primero es tener bien consolidados los puentes hacia adentro”, añadió el ex presidente de la Federación de Estudiantes de la PUC e integrante de la fundación Red de Estudios para la Profundización Democrática (RED).

“Vamos a seguir con un gobierno atrapado en sus contradicciones”

Por otro lado, con un tono más crítico, el investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), Pablo Ortúzar, remarcó que este cambio de gabinete “no refleja una decisión política respecto al nuevo rumbo del gobierno”.

Según el antropólogo social, escritor y académico, al gobierno del Presidente Boric “todavía no termina de caerles la teja respecto a la brutal derrota en el plebiscito del 4 de septiembre”.

Dijo que con el ajuste ministerial “hay un reajuste que sigue siendo una repartija entre fuerzas políticas donde algunas aparecen claramente sobrevaloradas”.

“Vamos a seguir, entonces, con un gobierno atrapado en sus contradicciones, con síndrome de la mano ajena: invitando al diálogo, golpeando la mesa, pidiendo ayuda en tono altanero y sacando minutas ridículas para echarle la culpa de todo a cualquiera que no sean ellos mismos”, cuestionó Ortúzar.

Al final del día, fustigó el analista, “parece que la nueva izquierda no tiene la fortaleza intelectual ni política para corregir el rumbo de manera honesta y decidida”. Entonces, en vez de eso, dijo, “han decidido moverse a bandazos, sin rumbo claro”.

En todo caso, concluyó, y más allá de todo lo dicho, considera una gran noticia la salida del ex subsecretario Ahumada. “Logró ser lo peor de lo malo que hay en el gobierno”.

Errores comunicacionales

Claudio Salinas, académico de la Facultad de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile (FCEI Uchile), señala dos cosas que, a su entender, son errores comunicacionales: la expectación generada en torno al cambio de gabinete y el tono que considera “anterior a la revuelta feminista y al estallido social”.

El también coordinador del Magíster en Comunicación Política de la Casa de Bello, afirma que ha sido negativo “generar un evento con el cambio de gabinete y que vayan pasando los días, generando expectativas”, ya que “deja muchos días de acumulación de opinión, tanto pública como de las fuerzas políticas de la oposición”.

“El cambio de gabinete, al tener mucho tiempo de dilatación, lo que aparece en el escenario mediático es que se trata de equilibrar fuerzas entre los diferentes componentes de la coalición de gobierno”, manifiesta, sin embargo plantea que “se trata más bien de un reparto político”. Esto, para el profesor Salinas, es otro “error comunicacional”.

El académico de la FCEI comenta que, sobre todo con lo ocurrido en el Ministerio de las Culturas, tras la designación de Jaime de Aguirre como titular de la cartera, “da la impresión de que la composición de los ministerios se acerca más a algo que es anterior a la revuelta feminista y al estallido social”.

En el fondo, explica, “el cambio de gabinete es una especie de prueba, así como también lo es la dilatación del ajuste, de que hay una especie de restauración hacia un mundo anterior al 18 de octubre”.

“Pienso que el cambio de gabinete, del que nos estamos preocupando tanto, es algo que no se está haciendo bien, sobre todo comunicacionalmente”, sostiene Salinas, criticando que el “evento” sea el cambio de gabinete y no, por ejemplo, que la inflación fue menor a lo esperado incluso por todos los economistas de derecha y que en muchos otros ámbitos se han logrado nuevas cosas que no han podido instalarse en la agenda pública.

“El escenario es complejo para el Gobierno. Le está pisando el palito a la oposición y con la dilatación hace que la opinión pública se fije en cosas que no son tan relevantes”, concluye.

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Presidente Boric nombra a 15 nuevos subsecretarios y subsecretarias: llega Barrueto a Defensa y sale Ahumada desde Relaciones Económicas Internacionales 

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En una semana llena de hermetismo, el Presidente Gabriel Boric concretó el esperado cambio en su gabinete, el que provocó cambios en cinco ministerios (MOP, Deportes, Ciencia, Cultura y Relaciones Exteriores) y la llegada de 15 nuevos subsecretarios y subsecretarias.

Uno de los nombres que llamó la atención fue el de Víctor Jeame Barrueto, quien recayó en la subsecretaría de Defensa en reemplazo de Gabriel Gaspar.

En 2006, Barrueto, entonces presidente del Partido Por la Democracia desconoció supuestas asignaciones directas que Chiledeportes tenía presupuestas para distintos diputados de la colectividad. A través de un correo, se consignaban nueve nombres de diputados del PPD y un exmilitante de la colectividad como destinatarios de fondos de asignación directa por un monto de $1.500.000.

Junto a esto, en la nómina incluida en el correo también aparecían municipios y gobernadores de la Concertación, además de otras reparticiones como el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) y la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb).

En aquella instancia, Barrueto indicó que “las medidas están tomadas, la investigación se está haciendo, no que nada más que lamentar”. Asimismo, tras ser consultado si tenía o no conocimiento de la situación, comentó que “ninguno, de ningún tipo”.

A esto se suma otro episodio de Barreto, quién hace algunos años descartó haber participado en viajes al Salar de Atacama que fueron gestionados por SQM y que fueron vinculados a los pagos que la colectividad realizó desde la minera no metálica.

Otro de los grandes cambios se registró en la subsecretaría de Relaciones Exteriores, donde salió Ximena Fuentes por la Cientista Política y militante del Partido Socialista, Gloria de la Fuente González.

En Relaciones Económicas Internacionales se fue el cuestionado José Miguel Ahumada y llegó la economista de la Universidad de Chile, Claudia Sanhueza Riveros, quien salió desde la subsecretaría de Hacienda.

Otros cambios

En la Subsecretaría General de Gobierno se fue Valeska Naranjo. En su lugar, asumió Nicole Cardoch Ramos, militante del Partido Socialista, Comunicadora Social y periodista de la Universidad de Chile. Ha trabajado en el Instituto Nacional del Deporte, Intendencia de Santiago y en la División de Organizaciones Sociales del Ministerio Secretaría General de Gobierno.

En la Subsecretaría de Hacienda salió Claudia Sanhueza y entró Heidi Berner Herrera, independiente, es ingeniera comercial mención Economía de la Universidad de Chile y magíster en Administración Pública de la Kennedy School of Government, Harvard University. Ha sido coordinadora de Modernización del Estado del Ministerio de Hacienda, vicerrectora de Asuntos Económicos y Gestión Institucional en la Universidad de Chile.

En Derechos Humanos, cesó sus funciones el ahora exsubsecretario Haydee Oberreuter y arribó al ministerio Xavier Altamirano Molina, Cientista político de la Pontificia Universidad Católica de Chile, máster y doctor en Ciencia Política de la Universidad de Paris 1 Panthéon-Sorbonne. Ha trabajado en cooperación técnica internacional y en cooperación científica. Formó parte del equipo de Contenidos de la Presidencia en la segunda administración de Michelle Bachelet.

En el caso de la Subsecretaría de la Niñez, salió Yolanda Pizarro e ingresó Verónica Silva, quien es asistente social de la Universidad Católica de Chile, magíster en Trabajo Social de la Catholic University of America, Estados Unidos. Cosecha más de 25 años de experiencia en el sector público en materia de protección social y políticas públicas. Entre los años 1998 y 2009 se ha desempeñado en diversos cargos directivos en el Ministerio de Planificación y en el Fondo de Solidaridad e Inversión Social.

En Turismo, salió Verónica Kunze y fue reemplazada por Verónica Pardo (Partido Liberal), ingeniera comercial de la Usach con magíster en Gestión Estratégica de Recursos Humanos de la Pontifica Universidad Católica de Chile, con diplomados en gestión del cambio organizacional y gestión de recursos humanos. Tiene experiencia en cargos ejecutivos, consultora en empresas privadas, en el Estado, fundaciones y empresas sociales.

En Educación salió Gabriel Bosque (PC) e hizo ingreso a la Subsecretaría Alejandra Arratia (independiente), psicóloga de la Pontificia Universidad Católica de Chile y PhD en Educación en la University of Melbourne, Australia. Cuenta con más de 25 años de experiencia en el área educacional, especialmente en políticas curriculares y evaluativas.

En la Subsecretaría de Educación Superior, Víctor Orellana (Comunes) reemplazó a la independiente Verónica Figueroa. Sociólogo de la Universidad de Chile, se ha desempeñado como director de la Fundación Nodo XXI e investigador del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile. Ha sido consultor para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En Salud Pública, Andrea Albagli (Revolución Democrática) llega en remplazo de Cristóbal Cuadrado (Revolución Democrática. Albagli es psicóloga de la Pontificia Universidad Católica, magíster en Salud Pública de la Universidad de Toronto, Canadá, y magíster en Epidemiología de la Universidad Católica. Trabajó en el Departamento de Epidemiología, fue jefa de Enfermedades No Transmisibles (ENT) y en el Equipo Estrategia Nacional de Salud.

En la Subsecretaría de Transporte, Jorge Daza (PS) entró en reemplazo de Cristóbal Pineda (Revolución Democrática). Daza es administrador público de la Usach y egresado del magíster en Gestión de Personas de la Universidad Alberto Hurtado y de la University of Notre Dame, Estados Unidos. Se desempeñó como secretario de planificación comunal de la Municipalidad de Pedro Aguirre Cerda. Hasta hoy, ejercía como Secretario Regional Ministerial de Obras Públicas de la región Metropolitana.

En la Subsecretaría de Agricultura, asumió Ignacia Fernández Gatica (independiente) en remplazo de José Guajardo (FRVS). Fernández es socióloga de la PUC, máster en Ciencia Política de la Universidad de Chile y Doctora en Sociología de la Universidad de Barcelona, España. Se ha desempeñado como asesora de la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda y jefa de División de Políticas y Estudios de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo.

En la Subsecretaría de Bienes Nacionales asumió Sebastián Vergara (PPD) en remplazo de Marilén Cabrera (Acción Humanista). Vergara es licenciado en Geografía de la Universidad de Chile, magíster en Gestión del Desarrollo Local y Recursos Naturales de la Universidad Jaume 1, España. Se ha desempeñado en el Ministerio de Defensa, Municipalidad de La Pintana, Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones.

Finalmente, en Energía asumió Luis Ramos (Partido Liberal) en remplazo de Julio Maturana (PC). Ramos es licenciado en Ciencias Jurídicas de la Universidad de Chile y máster en Derecho con mención en Derecho Constitucional de la Universidad Católica de Valparaíso. Se ha desempeñado como jefe jurídico en el gabinete del Ministerio de Obras públicas y como coordinador legislativo de la bancada del Partido Liberan en el Congreso.

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