Periodista ruso Konstantin Eggert: «Putin y sus aliados no sólo gobiernan Rusia, son dueños de Rusia».

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El periodista y analista ruso Konstantin Eggert (Moscú, 1964) desmintió este viernes que la invasión de Ucrania esté relacionada con una amenaza que represente la alianza militar OTAN a Rusia, tal como ha afirmado el presidente Vladimir Putin.

Eggert visitó Chile en el marco de una gira latinoamericana junto con Kirill Martynov, subeditor en jefe del diario Novaya Gazeta Europa, galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2021; Pavel Andreyev, integrante de la junta directiva de la ONG Memorial, distinguida con el Premio Nobel de la Paz 2022.

En entrevista con El Mostrador, Eggert destacó que Ucrania no es miembro de la OTAN y tampoco lo será en un futuro inmediato. “Es un pretexto, un argumento ridículo”, dijo.

Verdaderas razones

Eggert tiene una extensa trayectoria periodística: es analista de asuntos rusos para la Deutsche Welle, emisora internacional de Alemania, donde también presenta el programa de entrevistas en idioma ruso ‘Trending’. Entre 2016 y 2018, trabajó para TV Rain, un innovador canal de televisión independiente de Rusia. También trabajó para Kommersant, el grupo de medios privados más antiguo de Rusia, así como en el sector empresarial. Entre 1998 y 2009 trabajó para el Servicio Mundial de la BBC, y de 2002 a 2009 actuó como Jefe de la Oficina de Moscú del Servicio Ruso de la BBC.

Si bien admitió que Rusia tiene fronteras con algunos países de la OTAN, como los bálticos, Noruega y Polonia, señaló que la mayor parte de las mismas no corresponde a miembros de la organización militar.

Eggers señaló que las razones del conflicto son varias: el deseo de Putin de “inscribir su nombre en la historia”, “vengar la caída de la Unión Soviética” y “volver a hacer grande a Rusia”; “distraer a las masas de los problemas internos del país”, y también para garantizar la “supervivencia” del propio régimen de Putin.

El analista además destacó que existe la creencia errónea, a su juicio, de que Rusia hoy es como la antigua Unión Soviética.

“Sus líderes actuaban de manera colectiva y tomaban decisiones en interés del país. Putin es diferente. Putin y sus aliados no sólo gobiernan Rusia, sino que además son dueños de Rusia”.

En ese sentido, apuntó a que los jefes de la petrolera Rosneft y la gasífera Gazprom son todos amigos de Putin, al igual que los responsables del comercio de armas y diamantes.

“Así que todas las decisiones que toman no es tanto en interés de Rusia, sino en su propio interés”, destacó.

Largo conflicto

Eggert además subrayó que el conflicto entre ambos países no partió el año pasado, sino en 2014, cuando Rusia se apropió de Crimea.

En ese sentido, señala que han sido nueve años de propaganda contra Ucrania y Occidente al interior de Rusia los que abonaron el terreno para que la opinión pública del mayor país del mundo apoyara la invasión del año pasado. “Pero el mundo no prestaba atención”, lamentó.

Ahora la guerra es mostrada “como una guerra contra Occidente”, porque eso permite justificar cualquier acción.

Respecto a qué parte de la opinión pública apoya la invasión, Eggert señala que es imposible decirlo. En su opinión, debido a la historia represiva del país, los rusos temen al Estado y no suelen decir lo que realmente piensan en las encuestas, a lo que se suma la propaganda oficial en medio de lo que “es esencialmente una dictadura”.

Opinión pública

“Mucha gente no quiere saber nada de esta guerra, quieren que los dejen tranquilos y que Putin decida. Porque conocimiento implica acción”, ejemplifica. “No apoyan la guerra, pero tampoco se oponen a ella”.

Agregó que actualmente la guerra está presente sobre todo en la televisión “donde le dicen a los rusos que la guerra va muy bien y que Ucrania caerá mañana”, pero no es algo que se note en las grandes ciudades.

En cuanto a la duración de la guerra, señala que es imposible determinarlo, y cree que Putin seguirá adelante mientras pueda, sin grandes operaciones, mientras ve que Ucrania tampoco dará su brazo a torcer.

Rusia tiene una tradición de conflictos de larga duración, como lo demuestra la Primera y Segunda Guerra Mundial, y otros tras la caída de la Unión Soviética, como la guerra de Chechenia (1994-1996 y 1999-2009).

Impacto económico

Eggert admitió que la guerra incluso a nivel económico por ahora no se siente, a pesar de las sanciones occidentales, porque Rusia ha podido redirigirlo sus exportaciones a países como China e India.

“Incluso si vende su petróleo con grandes descuentos, aún tiene dinero para financiar la guerra y a su servicio secreto, y otorgar aumentos de sueldos a los empleados públicos, subir las pensiones y las becas para quedar bien entre la población”, explicó.

A pesar de la inflación del año pasado, que cifró en 14%, señaló que en 2022 Rusia tuvo superávit fiscal debido a los altos precios del gas y el petróleo. Eggert estima que Putin podrá seguir adelante por un tiempo, aunque la economía decaiga en el mediano plazo.

Para el analista los mayores daños y desafíos para la economía son en la importación de bienes de alta tecnología, como microchips y semiconductores, necesarios en la industria armamentística y aeronáutica.

A esto se suma que un millón de rusos abandonaron el país el año pasado, entre ellos numerosos especialistas en temas informáticos. Ahora el gobierno intenta que regresen.

Libertad de prensa

Finalmente, para Eggert no hay libertad de prensa ni de opinión en Rusia. “Ni siquiera puedes llamar guerra a la guerra”, asegura.

El periodista denunció que incluso han sido enjuiciadas y condenadas personas por debates realizados en las redes sociales.

Esto explica que varios medios hayan abandonado el país y continúen su labor desde el exterior, como es el caso de Novaya Gazeta, que actualmente tiene su base en Europa.

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Periodista y Nobel de la Paz ruso Konstantin Eggert: «Putin y sus aliados no sólo gobiernan Rusia, son dueños de Rusia».

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El periodista y analista ruso Konstantin Eggert (Moscú, 1964) desmintió este viernes que la invasión de Ucrania esté relacionada con una amenaza que represente la alianza militar OTAN a Rusia, tal como ha afirmado el presidente Vladimir Putin.

Eggert visitó Chile en el marco de una gira latinoamericana junto con Kirill Martynov, subeditor en jefe del diario Novaya Gazeta Europa, galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2021; Pavel Andreyev, integrante de la junta directiva de la ONG Memorial, distinguida con el Premio Nobel de la Paz 2022.

En entrevista con El Mostrador, Eggert destacó que Ucrania no es miembro de la OTAN y tampoco lo será en un futuro inmediato. “Es un pretexto, un argumento ridículo”, dijo.

Verdaderas razones

Eggert tiene una extensa trayectoria periodística: es analista de asuntos rusos para la Deutsche Welle, emisora internacional de Alemania, donde también presenta el programa de entrevistas en idioma ruso ‘Trending’. Entre 2016 y 2018, trabajó para TV Rain, un innovador canal de televisión independiente de Rusia. También trabajó para Kommersant, el grupo de medios privados más antiguo de Rusia, así como en el sector empresarial. Entre 1998 y 2009 trabajó para el Servicio Mundial de la BBC, y de 2002 a 2009 actuó como Jefe de la Oficina de Moscú del Servicio Ruso de la BBC.

Si bien admitió que Rusia tiene fronteras con algunos países de la OTAN, como los bálticos, Noruega y Polonia, señaló que la mayor parte de las mismas no corresponde a miembros de la organización militar.

Eggers señaló que las razones del conflicto son varias: el deseo de Putin de “inscribir su nombre en la historia”, “vengar la caída de la Unión Soviética” y “volver a hacer grande a Rusia”; “distraer a las masas de los problemas internos del país”, y también para garantizar la “supervivencia” del propio régimen de Putin.

El analista además destacó que existe la creencia errónea, a su juicio, de que Rusia hoy es como la antigua Unión Soviética.

“Sus líderes actuaban de manera colectiva y tomaban decisiones en interés del país. Putin es diferente. Putin y sus aliados no sólo gobiernan Rusia, sino que además son dueños de Rusia”.

En ese sentido, apuntó a que los jefes de la petrolera Rosneft y la gasífera Gazprom son todos amigos de Putin, al igual que los responsables del comercio de armas y diamantes.

“Así que todas las decisiones que toman no es tanto en interés de Rusia, sino en su propio interés”, destacó.

Largo conflicto

Eggert además subrayó que el conflicto entre ambos países no partió el año pasado, sino en 2014, cuando Rusia se apropió de Crimea.

En ese sentido, señala que han sido nueve años de propaganda contra Ucrania y Occidente al interior de Rusia los que abonaron el terreno para que la opinión pública del mayor país del mundo apoyara la invasión del año pasado. “Pero el mundo no prestaba atención”, lamentó.

Ahora la guerra es mostrada “como una guerra contra Occidente”, porque eso permite justificar cualquier acción.

Respecto a qué parte de la opinión pública apoya la invasión, Eggert señala que es imposible decirlo. En su opinión, debido a la historia represiva del país, los rusos temen al Estado y no suelen decir lo que realmente piensan en las encuestas, a lo que se suma la propaganda oficial en medio de lo que “es esencialmente una dictadura”.

Opinión pública

“Mucha gente no quiere saber nada de esta guerra, quieren que los dejen tranquilos y que Putin decida. Porque conocimiento implica acción”, ejemplifica. “No apoyan la guerra, pero tampoco se oponen a ella”.

Agregó que actualmente la guerra está presente sobre todo en la televisión “donde le dicen a los rusos que la guerra va muy bien y que Ucrania caerá mañana”, pero no es algo que se note en las grandes ciudades.

En cuanto a la duración de la guerra, señala que es imposible determinarlo, y cree que Putin seguirá adelante mientras pueda, sin grandes operaciones, mientras ve que Ucrania tampoco dará su brazo a torcer.

Rusia tiene una tradición de conflictos de larga duración, como lo demuestra la Primera y Segunda Guerra Mundial, y otros tras la caída de la Unión Soviética, como la guerra de Chechenia (1994-1996 y 1999-2009).

Impacto económico

Eggert admitió que la guerra incluso a nivel económico por ahora no se siente, a pesar de las sanciones occidentales, porque Rusia ha podido redirigirlo sus exportaciones a países como China e India.

“Incluso si vende su petróleo con grandes descuentos, aún tiene dinero para financiar la guerra y a su servicio secreto, y otorgar aumentos de sueldos a los empleados públicos, subir las pensiones y las becas para quedar bien entre la población”, explicó.

A pesar de la inflación del año pasado, que cifró en 14%, señaló que en 2022 Rusia tuvo superávit fiscal debido a los altos precios del gas y el petróleo. Eggert estima que Putin podrá seguir adelante por un tiempo, aunque la economía decaiga en el mediano plazo.

Para el analista los mayores daños y desafíos para la economía son en la importación de bienes de alta tecnología, como microchips y semiconductores, necesarios en la industria armamentística y aeronáutica.

A esto se suma que un millón de rusos abandonaron el país el año pasado, entre ellos numerosos especialistas en temas informáticos. Ahora el gobierno intenta que regresen.

Libertad de prensa

Finalmente, para Eggert no hay libertad de prensa ni de opinión en Rusia. “Ni siquiera puedes llamar guerra a la guerra”, asegura.

El periodista denunció que incluso han sido enjuiciadas y condenadas personas por debates realizados en las redes sociales.

Esto explica que varios medios hayan abandonado el país y continúen su labor desde el exterior, como es el caso de Novaya Gazeta, que actualmente tiene su base en Europa.

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Javier Macaya: “El Gobierno tiene gran parte de su programa y reformas financiado con el litio» y con «proyectos como Dominga»

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El presidente de la Unión Demócrata Independiente y senador Javier Macaya tuvo una semana agitada definiendo en qué términos iba a sentarse a conversar con el gobierno la Reforma Tributaria luego del fracaso que sufrió el miércoles pasado “la idea de legislar” en la Cámara de Diputados. En esta entrevista, el senador explica los términos y disposición con que pretende negociar con el oficialismo, le baja la temperatura a la acusación que hizo el gobierno respecto a que no había recursos para financiar reformas clave y aborda las dificultades con el Partido Republicano y que está polarizando la discusión entre en la derecha. También aborda el tema de la seguridad y aclara que ya no es tiempo de comisiones de seguridad, que el Gobierno debe implementar medidas eficaces y oportunas.

-¿Por qué la UDI no apoyó con sus votos la idea de legislar si consideraba importante despejar el tema de la Reforma Tributaria?

-Porque la reforma está alejada de la realidad de los chilenos, era una mala reforma para la clase media. Castigaba el ahorro y el patrimonio, eso es un retroceso. Se lo planteamos desde un principio el ministro Mario Marcel, hicimos llegar muchísimas observaciones, no solamente nosotros, los distintos gremios, la sociedad civil, el Colegio de Contadores, abogados tributarios, las PYME y otros gremios. El Gobierno nunca consideró cambiar los temas de fondo por parte y eso, obviamente, sólo podía tener una respuesta de parte de la oposición, votar en contra la idea de legislar.

-¿Fue un triunfo de la derecha o un error del oficialismo que no se aprobara la idea de legislar?

-Creo que está absolutamente despejado que fue un error del Gobierno que no advirtió a tiempo que algunos de los votos con los que contaba el día anterior se habían retirado de la sala al momento de la votación. El Gobierno sabía de antemano que no contaba con nuestro voto y eso lo reconoció la propia ministra de SGPRES (Ana Lya Uriarte).

-El Gobierno tuvo duras palabras hacia la derecha ¿Hay un cambio de tono de parte del oficialismo respecto al rol de la derecha en la votación?

-Creo que hubo un lapso de 24 horas, después del día miércoles, donde hubo una dañina agresividad del Gobierno. Particularmente, algo que no le conocíamos al ministro Marcel, que salió del tono al que nos tenía más habituados. Celebro que el ministro Marcel se haya alejado de ese discurso que dividía a los chilenos y a los políticos entre buenos y malos. Ese discurso buscaba la polarización, la odiosidad, con cero autocrítica. Celebro que haya regresado al tono habitual y espero que el Gobierno pueda seguir esa misma línea para conversar y dialogar los temas importantes para los chilenos.

-¿La UDI está dispuesta a discutir la Reforma Tributaria este año o preferiría aplazar su discusión para el próximo año?

-El Gobierno tiene que precisar qué reformas va a financiar, para qué cobertura, cuánto necesita para cada una de ellas y buscar los mejores instrumentos para eso.

-El oficialismo ha dicho que sin Reforma Tributaria quedaban sin financiamiento varios proyectos sociales clave. ¿Esto no le imprime velocidad al trámite de la Reforma Tributaria?

-El Gobierno ya tiene gran parte de su programa y reformas financiado con el litio y si reactiva las inversiones paralizadas. Hay una serie de inversiones que generarían un monto significativo de ingresos permanentes que están paralizadas por razones políticas.

-¿Cómo?

-El sistema de evaluación de proyectos hoy día tiene proyectos como Plaza Egaña o proyectos mineros emblemáticos como Dominga, que solamente por razones políticas se han cancelado. Activarlos significaría un ingreso importante para el fisco y no habría necesidad de subir los impuestos o afectar a la clase media y a las personas de más bajos recursos.

-¿Considera que no es esencial la Reforma Tributaria?

-Lo que se percibe es que la Reforma Tributaria es un objetivo político en sí mismo. Lo que nosotros planteamos es sentarnos a negociar después de ver todas las fuentes de recursos que tiene el fisco y que tengamos una discusión respecto al gasto público.

-Uno de los temas clave que busca resolver la Reforma es el de la Pensión Garantizada Universal, ¿Usted postergaría la PGU?

-En lo referente a la PGU y a la transferencia directa de recursos a las personas, nosotros estamos de acuerdo, pero creemos que antes es importante revisar el gasto público ineficiente porque estamos llenos de ejemplos y eso hay que revisarlo. Es falso que el aumento de impuesto afecta solamente a los más ricos y es falso que más recursos para el Estado equivale a mejores servicios sociales.

-Pero uno de los puntos clave es aumentar los recursos.

En los últimos años, se han aumentado los presupuestos de salud y educación, pero seguimos con un déficit importante en listas de espera y la calidad de la educación pública se ha deteriorado, el mejor ejemplo son los liceos emblemáticos que están manejados por los “overoles blancos” y subsiste en la violencia.

PARTIDO REPUBLICANO

-José Antonio Kast señaló el domingo que no aprueba el aumento de impuestos, que el Partido Republicano está por bajar los impuestos ¿Por qué la UDI apoyaría aumentar los impuestos?

-La UDI, y en particular en Chile Vamos, tomamos decisiones con la máxima seriedad y sabemos que las decisiones correctas son, a veces, impopulares como ocurrió con el proceso constituyente dentro de nuestro sector.

Lo hicimos en el acuerdo constitucional y estamos contentos porque la partida del nuevo proceso y la instalación de la Comisión Experta es bien esperanzadora y reafirma que las decisiones que tomamos iban en el sentido correcto.

-¿Fue costoso para ustedes apoyar el nuevo proceso constituyente?

-Somos una coalición que se está preparando para gobernar, que en un siguiente período tiene que hacer ese ejercicio responsable todos los días y vamos a aportar siempre con propuestas concretas. Al país le hace mal una posición que propone ideas a través de slogans, nuestros parlamentarios (Chile Vamos) han propuesto en varias oportunidades y desde hace más de 10 años rebajas de impuestos. Eso no es algo exclusivo del Partido Republicano, eso ha estado presente en distintos proyectos de ley de las bancadas de Chile Vamos y de la Alianza por Chile.

-¿Por qué insistir en bajar impuestos si hay tantas necesidades en salud, pensiones, obras públicas, educación?

Chile necesita crecer. Llevamos casi 10 años estancados y para eso se requiere un sistema tributario razonable, que invite a la inversión y no uno que lo espante, tal como era la reforma tributaria que se plantaba. Nosotros miramos con mucha atención ejemplos internacionales como el de Irlanda que tomó una decisión muy potente hace tres décadas atrás que les permitió pasar de ser uno de los países más pobres de la Unión Europea a ser uno con un ingreso per cápita de 100 mil dólares per cápita, superado en Europa sólo por Noruega, Suiza y Dinamarca. Eso no es patrimonio de un partido.

-¿El Partido Republicano es el peor enemigo de Chile Vamos?

-No consideramos al Partido Republicano un adversario. Sin ir más lejos, en el Congreso muchas veces coincidimos en votaciones importantes como ocurrió con la Reforma Tributaria, pero nos parece que ellos sí tienen, de alguna manera, una fijación con atacar a Chile Vamos.

-¿Por qué?

-Porque su eje político está articulado más en atacar a Chile Vamos, en ser adversario nuestro y eso tiene que ver con su objetivo de ocupar nuestro nicho electoral y buscar captar los votantes que quizás han votado por Chile Vamos anteriormente. Me parece que eso no es ampliar el espectro de la oposición, es una decisión que ellos han tomado y bueno tendrán que hacerse responsable de esa decisión.

 

SECTOR EMPRESARIAL

-La vice presidenta de la Corporación de la Producción y el Comercio (CPC), Susana Jiménez, señaló que “lo que se rechazó no es la idea de pacto tributario” ¿El empresariado está presionando al sector político para avanzar en el tema tributario?

Me parece bien que los gremios planteen su punto de vista con total libertad. Lo que leí en la entrevista que tú mencionas, es primero una preocupación por las condiciones para inversión y para que se fortalezca la economía, que es algo que nosotros compartimos y el rechazo de la reforma tributaria es una oportunidad para iniciar una conversación distinta. Como partido político, nosotros representamos a miles de chilenos trabajadores, a PYME y empresas que desarrollan la actividad económica en Chile y nos parece que es importante recoger las inquietudes de ellos.

-¿Más que la de los empresarios?

-Nosotros no tenemos en nuestro trabajo político en el Congreso una defensa de ningún sector en particular, sino que una mirada general de cómo el tema tributario puede beneficiar el crecimiento y el desarrollo de nuestro país. El país tiene que resolver carencias sociales y nuestras decisiones las respaldamos con datos, aunque a veces sean poco populares. Podemos coincidir con los empresarios y en otras oportunidades podemos no coincidir con ellos. Tenemos que seguir mejorando las pensiones y tenemos que resolver la demanda por salas cunas y ser capaces de enfrentar el flagelo de la delincuencia con mejores herramientas. Tenemos que ver cómo nos hacemos cargo de eso.

-¿Cuáles son los temas en que la UDI no va a transar en esta reforma?

-Básicamente no afectar a los más vulnerables y a la clase media. Aunque se quiera revivir la retórica de la lucha de clases, en que esto solamente afecta a los más ricos, vamos a termina traspasado los problemas a las personas más vulnerables. Esa retórica de lucha de clases, donde solamente se cobra impuestos a un sector de la población, creo que nuestro país y particularmente la población, se ha dado cuenta de que es una falacia, porque finalmente cuando hay aumentos de impuestos los terminan pegando las más vulnerables y a la clase media.

TEMA SEGURIDAD

-El tema seguridad es prioridad en las encuestas y el General Director de Carabineros realizó un llamado a actuar con más rapidez al mundo político ¿Existen posibilidades de reactivar la mesa de seguridad con el Ministerio del Interior?

-El tiempo de conversaciones pasó. El Gobierno cumplió un año y estamos esperando que empiece a tramitar las reformas que anunció tenía. La pregunta es por qué no ha ingresado los proyectos y por qué no le ha puesto las urgencias, porque nuestros votos están.

Cada vez que se ataque un carabinero o que un funcionario muere a manos de un delincuente, el crimen celebra. Carabineros necesita respaldo con hechos concretos y no con más declaraciones. El llamado de atención al General Director de Carabineros es una muy mala señal. Las palabras de la viuda del carabinero asesinado manifestando su desolación y su reproche. El Gobierno no pueden sino más que interpretar a millones de chilenos que ven que estamos perdiendo la batalla contra la delincuencia.

-¿No hay autocrítica de Chile Vamos por abandonar la mesa de seguridad en un contexto de demanda por buscar soluciones en el tema?

-Durante meses participamos con buena voluntad en esa mesa. La ministra estaba a punto de reconocer esos acuerdos, pero el presidente Boric indultó a 12 de delincuentes y eso puso término a las conversaciones porque eso fue un exabrupto, una señal de impunidad a la mesa de seguridad. Dejó delincuentes peligrosos libres y nosotros salimos de la mesa como una señal de coherencia. Es evidente que no se puede combatir con una mano la delincuencia y con la otra liberar condenados por delitos que le causaron un daño inmenso a Chile. Nuestra voluntad es aprobar los proyectos que vayan en la línea de dotar a  Carabineros de mejores herramientas, mayores facultades, a condenar con mayor fuerza y persecución a las personas que atacan a Carabineros. Esperamos que el Gobierno pase del discurso a la acción y le ponga urgencia a los proyectos.

-¿Cómo pretende avanzar la UDI en la discusión del tema seguridad?

Acá tenemos un montón de proyectos que hemos tratado de impulsar en los últimos años. Valoro que el Gobierno haya tenido disposición a cambiar de opinión en estado excepción constitucional, en respaldar a Carabineros, en dotar de mayores atribuciones a nuestras policías, en temas de inmigración, en revisar las reglas del uso de la fuerza del armamento por parte de carabineros.

Tenemos disposición para discutir esos proyectos y emplazamos al Gobierno y particularmente la izquierda que deje de dar señales ambiguas al convocar al General Director de Carabineros, tramitar indultos, que sólo hacen que uno desconfíe respecto a la voluntad de avanzar en esta agenda.

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Más tristes que un bolero: crónica retrospectiva a tres años de la muerte de Mariano Puga

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Antes de ayer estaba caminando con mi tía alrededor del Triángulo, el estadio que, según mi papá, fue la primera organización social de Villa Francia. En la plaza que rodea la cancha suele haber borrachos. No gente circunstancialmente borracha, sino borrachos de tomo y lomo, de esos que toman hasta la ebriedad todas las tardes con los mismos compinches. Estos compañeros probablemente habían compartido años y años de vino y ya no tenían novedades para contarse, porque estaban sentados en la misma banca, uno al lado del otro, en fila, en silencio, mirando al frente, más allá de la reja, más allá de la cancha, más allá. No sé si sonaba música a bajo volumen o uno de ellos cantaba en voz quedita. Justo cuando pasábamos por enfrente -fuimos por un momento el obstáculo a la proyección vacía de sus miradas- uno de ellos suspiró fuerte, más sonido que aire, se agarró la cabeza con las manos, y así, cabeza escondida entre sus palmas, la dejó caer hacia adelante en absoluto abatimiento. Ahora recordé que la música que sonaba era el tarareo suave de uno de los borrachos, porque al mismo tiempo que su compañero soltaba su cabeza al son de algún recuerdo o culpa, el que cantaba subió el volumen y nos dejó escuchar una canción tristísima. Apenas unos pasos más allá, mi tía me dijo: “Qué impresionante la imagen que vimos. Parecía una obra de teatro”. Yo se lo confirmé “Era una escena”. En este momento, escribiendo, completo para mis adentros: era una escena sacada de un tango de arrabal. O, mejor todavía, una escena sacada de un bolero.   

El último regreso a casa

“Más tristes que un bolero”. Así nos describió el vecino de al lado cuando nos encontramos en el paradero de vuelta del hospital. En realidad estábamos mucho más tristes que cualquier bolero que contase una pena de amor. Estábamos tristes porque el gesto de amor que nos tocaba llevar a cabo era uno de los últimos que podíamos hacer por el Mariano (Puga).

Íbamos de vuelta a la Minga -la casa en la que vivía Mariano en Villa Francia- con la misión de desarmar el camarote de la pieza del cura e instalar la cama clínica que lo recibiría de vuelta del hospital. Se la había regalado uno de sus muchos amigos. Un gerente de una empresa gigante que había desembolsado el precio completo de una cama clínica absolutamente nueva, guardada en su caja original con todos sus sellos de garantía. El Mariano se había negado a usarla al principio, a pesar de que ya estaba muy enfermo y el camarote era poco práctico para ayudarlo a mover su cuerpo mitad paralizado. No escuché de él sus razones, pero imagino algunas. La gente pobre no compra camas clínicas nuevas. La gente pobre se consigue camas clínicas, esperan que se muera uno para usarla el otro, o gestionan largos tiempos con municipios y Cesfam. A veces tienen que conformarse con un colchón antiescaras sobrepuesto en la cama de siempre. A veces ni eso. Y mueren, agonizan, viven postrados en camas comunes. Quizás incluso en camarotes como el del Mariano.

Puedo imaginar otro motivo del Mariano para rechazar la cama y es la negación a ese signo del final. Instalar una cama clínica e impoluta era sacar los colgajos de su camarote, lanas, carteles, dibujos, collares, regalos que hablaban de su vida más callada, más humilde. Ensamblar en la habitación el armatoste ese -más camilla que lecho- significaba que no habría un camarote para recibir a los amigos de paso, viajeros, personas expulsadas de sus casas, drogadictos que se instalaban por un tiempo indefinido, cualquier ser humano que durmiera en la cama de arriba e imposibilitara el lujo de la intimidad. Desalojar el camarote era dar por finalizado un modo de vida. Mariano, al volver, se encontraría con una pieza higienizada, llena de cables, silencios y enfermeros en turno. Él sabía que ese cambio simbolizaba que se terminaba el camino y empezaba la muerte.

Nosotros también sabíamos que ese era el último regreso a casa que haría el Mariano. Caminábamos hablando poco, mirando el piso, a un ritmo lento como bolero. Apenas una cuadra separa la casa del paradero, pero hubiésemos querido que esa cuadra escasa se extendiera y se extendiera, porque nuestra misión era dolorosa. Traidora, casi. No recuerdo si al llegar a la Minga hubo un vaso de agua, un té o un café de consuelo. No sé lo que pasó antes ni lo que pasó después. No sé si el Túa -que compartía vivienda con Mariano, y habían compartido también el trabajo de obrero- ya estaba en casa, o nosotros llegamos a darle la noticia. No sé cómo terminaron de armar la cama clínica una vez despejada la pieza. Solo recuerdo mover los pernos, retirarlos de las maderas, el incómodo transporte de los largueros por la puerta estrecha. Veo mis manos sacando los colgajos tiernos para dejarlos pendientes en un rincón, con la esperanza de volver a instalarlos en la estructura de plástico y fierros. Recuerdo al Túa. Se movía con seguridad y algo de frenetismo, decidido en sus movimientos, mucho más experto que nosotros en las tareas del armar y desarmar. La seguridad de su quehacer no ocultaba su fragilidad porque él no buscaba ocultarla. Tenía tan claro como nosotros que era uno de los últimos servicios que podríamos prestarle al cura en vida, aunque fuera desgarrador y en contra de su voluntad. De todas formas, bromeaba. Fingía impaciencia frente a la poca habilidad que teníamos con las herramientas y los pésimos métodos con los que pretendíamos sacar la estructura por la puerta. La desazón y la risa nos hacía en la misma medida compañeros. Me acuerdo de haber hecho eco de sus chistes y de haber recibido sus instrucciones. También me acuerdo de dedicarme nuevamente a los colgajos, mirarlos uno a uno, besarlos y llorar un poco. En esa época no era raro que lloráramos un poco, sin detener la rutina, y tampoco era raro que riéramos. Después de haber desocupado la pieza, vuelve a borrarse todo. No sé dónde pusimos el esqueleto de la cama que había sido lecho y oratorio del Mariano durante los últimos 5 años y que había acompañado sus insomnios dedicados a la muerte. No sé si fuimos nosotros quienes limpiamos el espacio vacío para volverlo aséptico. No recuerdo si pude colgar esas lanas, collares, dibujos y carteles en alguna baranda. No sé si vimos a alguien más. Tampoco estoy segura si el Mariano regresó esa noche o al día siguiente o un día después. Mi recuerdo salta desde la pieza medio vacía a la imagen del Mariano, repentinamente viejo y magullado, usando esa cama, que, a pesar de su infamia, le estaba permitiendo morirse en Villa Francia.

Bailando la resurrección

Quizás estoy romantizando, pero le dije a la Rosa que esos borrachitos sacados de un bolero, no eran los borrachos peligrosos y violentos que a veces amenazaban la plaza. Puede ser que las décadas de vino y el peso de los recuerdos los mantuvieran anclados a su banca en vertical y con la mirada proyectada a la nada horizontal. Pero también puede ser que esa fuese una pausa de paz miserable entre otros momentos violentos o neuróticos. Es posible que se les haya acabado la fuerza de la violencia después de usarla tanto. Es posible que ver a un padre o un abuelo o un marido tarde tras tarde, inmóvil y estúpido frente a la reja de la cancha, sea el más agresivo de los golpes.

La misma noche en que vi al Mariano negando milagros del Antiguo Testamento y bailando la resurrección alrededor de una fogata pagana, salimos desde la capilla en procesión a caminar por las calles aledañas. Procesión es mucha palabra para la realidad: éramos 20 o 25 personas caminando lento por la población ya vacía pasadas las 12 de la noche. Pero la verdad es que creo que la marcha tenía la misma dignidad -y no me importa nada si exagero- que el Camino de Santiago. El objetivo era decirle a los pobres que Jesús había resucitado. “¡Viva Jesús resucitado! ¡Que se escuche fuerte! ¡Que se despierte toda la población!”. No puedo negar que era una imagen ridícula. Yo, extranjera, miraba desde atrás, no gritaba. De pronto, en una esquina fea, aparecieron los que seguían despiertos a esa hora, anclados a una cuneta por el vino. El cura no los invitó a la procesión con un grito, no los exhortó con un llamado desde el centro de su séquito de cristianos buenos y sanos. Sin aspavientos, se coló entre la escueta romería y saludó a los borrachos -tristes como un bolero- que lo conocían por sus deambulares cariñosos por la población o quizás incluso por su presencia en los años 70. No sé qué les dijo el Mariano. No sé si les explicó con palabras la resurrección de Cristo. Pero los hombres lo abrazaron y lloraron con él. No tengo idea si les importaba mucho la victoria de Jesús sobre la muerte. Pero creo que, por un momento y en ese abrazo, se sintieron anunciados.

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Por qué los seres humanos somos los únicos simios sin pelo

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Hola! Este fin de semana se realiza Lollapalooza Chile, con exponentes tan diversos como Billie Eilish, Pailita y Drake, en el Parque Cerrillos.

Recuerden que esta es una versión reducida del newsletter que sale los viernes. Por eso, antes de arrancar, una nueva oportunidad para ser parte de la comunidad Cultívate y acá te invitamos a inscribirte gratis. Te prometo que no te vamos a spamear. Y si te gusta lo que hago, comparte el boletín con tus amigas, amigos, colegas y familia.

¡Comencemos!

1

LLEGA JAIME DE AGUIRRE A PONER ORDEN

Una de las sorpresas del cambio de gabinete fue el nombramiento de Jaime de Aguirre como nuevo ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

  • Si bien en el mundo cultural se esperaba la salida de Julieta Brodsky, criticada por su bajo conocimiento público, sonaban otros nombres, como Ángel Cabezas, exdirector de la DIBAM, o el exdirector del semanario The Clinic, Patricio Fernández.
  • Según me confidenció una fuente cercana al ministerio, De Aguirre tendrá que “poner orden” en una cartera que ya lleva cinco titulares desde su creación en 2018, ya de por sí un síntoma de que algo no anda bien. 

2

LOS DIEZ AÑOS DEL MAYOR OBSERVATORIO DEL MUNDO

Aunque usted no lo crea, el mayor observatorio del mundo se encuentra en Chile, más precisamente en la Región de Antofagasta, a 5 mil metros de altura, y es conocido como ALMA.

  • Es fruto de un trabajo de nuestro país con Estados Unidos, Europa y Japón. Acaba de cumplir 10 años y ya ha revelado numerosos secretos del cielo, como la primera fotografía de un agujero negro, gracias a las 66 antenas del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA).
  • ALMA también ha entregado conocimiento sobre la creación de nuevos planetas, el origen de la vida en otros puntos del universo o los agujeros negros supermasivos.
  • Uno de los puntos fuertes del observatorio ubicado en Chile es su capacidad para captar componentes químicos en el universo, y las mejoras en la maquinaria aumentarán esa potencialidad, detalló a EFE la jefa del departamento de Ciencia de ALMA, Elizabeth Humphreys.

“Lo que queremos encontrar es más información sobre la química de la vida, sobre cuál de los sistemas que vemos en el espacio puede tener alguna forma de vida”, anunció la científica.

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MICHAEL CAINE CUMPLE 90 AÑOS

Michael Caine – Viennale (Vienna International Film Festival) 2012 at Gartenbaukino

Es posible que a las nuevas generaciones el nombre de Michael Caine no les diga mucho, pero sin duda se trata de un actor icónico que marcó con seguridad el cine de la segunda mitad del siglo XX.

  • Con motivo de sus 90 años, este martes la plataforma televisiva Filmin estrenó el documental MCaine, dirigido por la cineasta alemana Margarete Kreuzer, y que incluye entrevistas íntimas con el propio Caine, así como con Christopher Nolan, Paolo Sorrentino o Shirley MacLaine, según La Vanguardia.
  • En la cinta se hace un repaso de la trayectoria del actor, desde sus inicios en el mundo teatral británico de los años 50 hasta su estrellato en Hollywood. Con más de 70 años de carrera y más de 155 películas a sus espaldas, Caine es considerado uno de los mejores actores de todos los tiempos.
  • Ha sido premiado dos veces con el Oscar a Mejor Actor de Reparto, por Hannah y sus hermanas y Las normas de la casa de la sidra, y ha interpretado decenas de papeles memorables como Peachey Carnehan en El hombre que pudo reinar, Jack Carter en El asesino implacable, Alfred Pennyworth en El caballero oscuro o el Doctor Robert Elliott en Vestida para matar.

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LA PAREJA CIENTÍFICA ENGULLIDA POR LA LAVA

Uno de los documentales que compitió el pasado domingo por un Oscar fue el apasionante Fire of Love, que cuenta la trágica historia de los científicos franceses Katia y Maurice Krafft.

  • Ambos murieron en junio de 1991, cuando viajaron a Japón para registrar la fuerza de la erupción del Monte Unzen.
  • Maurice y Katia habían ganado fama mundial por “cazar” y registrar volcanes en todos los continentes.
  • En las últimas imágenes en las que aparecen con vida, Katia y Maurice miran la montaña, junto a la cámara. Murieron minutos después, él a los 45 años, ella a los 49. Los cuerpos fueron encontrados uno al lado del otro.

En Latinoamérica es posible ver la producción dirigida por Sara Dosa en el servicio de transmisión de Disney+.

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POR QUÉ LOS HUMANOS SOMOS LOS ÚNICOS PRIMATES SIN PELO

La BBC publicó una interesante nota esta semana sobre este tema, donde expuso varias hipótesis.

  • Los científicos no saben de forma concluyente la razón detrás de este cambio de un pelaje más grueso y áspero a estos vellos más suaves, como tampoco saben exactamente cuándo sucedió. Aun así, se han propuesto varias teorías acerca de lo que podría haber provocado la pérdida de nuestro pelo corporal.
  • La opinión más dominante es la llamada hipótesis del “enfriamiento del cuerpo”, también conocida como la “Hipótesis de la sabana”. Esto apunta a una creciente necesidad de los primeros humanos de termorregular sus cuerpos como un factor que llevó a la pérdida de pelo.
  • Durante el Pleistoceno, el Homo erectus y los homínidos posteriores comenzaron a cazar de forma persistente en la sabana abierta, persiguiendo a su presa durante muchas horas para llevarla hasta el agotamiento sin necesidad de herramientas de caza sofisticadas, que aparecen más tarde en el registro fósil.
  • Este ejercicio de resistencia podría haberlos puesto en riesgo de sobrecalentamiento, de ahí la pérdida de pelo, lo que les habría permitido sudar de manera más eficiente y enfriarse más rápido sin necesidad de descansos.

Puedes leer la nota completa aquí.

Y ahora, nos despedimos hasta la próxima. El verano va llegando a su fin y algunos están aliviados porque el calor se va. ¡A disfrutar el otoño, que también tiene lo suyo!

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¡Que tengan un lindo fin de semana!

 

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