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El presidente de Bolivia, Luis Arce, manifestó que es momento de iniciar una “nueva etapa” con Chile, para lo cual propuso siete temas que, a su parecer, se deben tratar para este nuevo período con el país y el resto de la región. No obstante, uno de estas temáticas es mar para el país altiplánico, lo que no fue bien recibido por parlamentarios nacionales.
En ese sentido, el mandatario boliviano afirmó que “es momento de iniciar una nueva etapa de relacionamiento bilateral que nos permita un diálogo franco, sincero, y con la valentía, para abordar los temas históricos que nos separan”.
Sin embargo, el primer tema dentro de los siete puntos propuestos es mar para Bolivia, donde el Mandatario enfatizó que no cesarán en “proponer la necesidad de trabajar en el tema de nuestra reivindicación marítima con Chile. Nunca renunciará (Bolivia) a su derecho imprescriptible a una salida soberana al océano Pacífico, el fallo de La Haya abre esa posibilidad”.
Las declaraciones no cayeron bien en el espectro político nacional, ya que causó molestia que este intento del jefe de Estado boliviano por acercarse con el país haya quedado supeditado a una salida soberana al mar, situación que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ya zanjó.
El primero que se manifestó al respecto fue el diputado Raúl Soto, quién opinó en Emol que “el diálogo y la colaboración con los países vecinos es fundamental para buscar soluciones conjuntas a problemas que son comunes, como la migración, pero hay cosas que son intransables, como la soberanía nacional, el Estado de Chile debe ser invariable respecto de aquello”.
Desde Chile Vamos, el senador Iván Moreira (UDI), apuntó que “la declaración del presidente de Bolivia sólo confirma lo que habíamos dicho antes. Hay mala fe de parte de Bolivia, porque quiere chantajearnos exigiendo salida marítima a cambio de recibir migrantes irregulares que usan su frontera para entrar a Chile. La situación es inaceptable, y Chile debe dejar claro en órganos internacionales el chantaje de Bolivia y que nuestra soberanía no se negocia”.
“Con respecto a nuestras relaciones con Bolivia, no sigamos pecando de ingenuidad, mientras este presente su salida al mar no habrán relaciones diplomáticas. Por lo tanto, tenemos que seguir navegando con el estilo que hemos tenido durante estas dos últimas décadas de mucha paciencia”, complementó.
Desde Renovación Nacional (RN), la diputada Catalina del Real, dejó ver su rechazo a los “planteamientos del presidente boliviano. Mejorar las relaciones es siempre bueno para los países, pero tras perder dos fallos, no puede darse el derecho de imponer una pauta de siete puntos a tratar con Chile”.
“Primero, el tema marítimo podrá ser su aspiración, pero el fallo de La Haya fue claro en que no tienen derecho sobre nuestro territorio ni pueden obligar a Chile a negociar nada, por lo tanto, debemos ser claros en que no hay nada que negociar, la soberanía chilena no se negocia”, agregó Del Real.
Una mirada muy distinta a las anteriores fue la que realizó el diputado del Partido Ecologista Verde, Félix González, quien indicó que “cuando tú tienes que hablar de relaciones diplomáticas tienes que estar abierto a conversar, no puede ser que nosotros pretendamos como país en tener relaciones diplomáticas únicamente para los temas que a Chile le interesan; la apertura de relaciones diplomáticas incluyen todo lo que la contraparte quiera conversar”.
“Chile no va a resolver el problema migratorio sin Bolivia y no va a resolver los problemas relacionados con cuestiones globales como el cambio climático, la pandemia, la crisis migratoria, la crisis del agua, sin los países vecinos”, sentenció González.
Bolivianos conmemoran con nostalgia la pérdida de su acceso al Pacífico
El desfile principal con motivo del Día del Mar, en el que los bolivianos recuerdan la pérdida de su acceso al océano Pacífico, se desarrolló este jueves en La Paz en medio de nostalgia y algo de esperanza de volver a tener una salida al mar.
Los alrededores de la plaza que lleva el nombre del prócer Eduardo Abaroa, héroe de la defensa del territorio ocupado por tropas chilenas en 1879, se llenaron desde temprano de personas que buscaban un espacio para presenciar el desfile de militares, policías y funcionarios estatales tras el discurso del presidente del país, Luis Arce.
Los militares que ingresaron a caballo, las mujeres uniformadas, los buzos de rescate de la Armada y el Regimiento Colorados de Bolivia, que participó en la guerra del Pacífico y es actualmente la Guardia Presidencial, fueron algunos de los más aplaudidos.
Entre los espectadores hubo numerosos ancianos y algunos padres y madres que llevaban en hombros o en brazos a sus hijos para que puedan ver el paso de los uniformados.
El público ondeó por momentos con entusiasmo unas pequeñas banderas bolivianas con los colores rojo, amarillo y verde, obsequiadas a los asistentes por el personal de la Armada nacional.
Tampoco faltó la bandera de la “reivindicación marítima” de color azul mar que en uno de sus extremos superiores lleva el pabellón boliviano, y la wiphala, la bandera multicolor de los pueblos indígenas andinos.
Ambos símbolos están rodeados por nueve estrellas doradas y una décima se sitúa casi al centro de la enseña, simbolizando a los nueve departamentos del país más la región del Litoral, el territorio perdido en la guerra del Pacífico en 1879.
SENTIR BOLIVIANO
El boliviano Franz Arispe y su pequeño hijo buscaban un espacio entre la muchedumbre para presenciar el desfile, un evento que es llamativo y “muy lindo” para las personas civiles pues se puede ver el “patriotismo” de los uniformados, según comentó el hombre a EFE.
Arispe confesó que “duele un poquito” no tener una salida al mar y que ese acceso no se pueda conseguir “ni políticamente”.
“Las esperanzas nunca van a faltar, pero son muy pocas, la realidad es muy dolorosa”, indicó.
La boliviana Andreina Apaza también acudió a la plaza Abaroa junto a su madre y sus dos hijos “para que ellos vean desde pequeños” y conozcan sobre el mar, “qué es lo que pasó y que vayan creciendo con este recuerdo”.
“Me siento muy emocionada y a la vez con nostalgia porque perdimos el mar hace muchos años, pero tenemos la esperanza de que algún día volveremos al mar. Aún existe la esperanza en nuestros corazones como bolivianos de volver al mar”, dijo Apaza a EFE.
El expresidente boliviano Carlos Mesa (2003-2005) escribió en Twitter que “la demanda marítima es más que un anhelo patriótico o una reivindicación histórica”.
“Es la persistencia de una causa que ha unido a los bolivianos por 144 años en torno a los principios de justicia y de igualdad entre naciones que no los destruye la guerra, el tiempo ni tribunales”, señaló el también historiador.
LOS ANTECEDENTES
Bolivia conmemora el Día del Mar el 23 de marzo porque en esa fecha en 1879 se produjo la primera resistencia del país ante lo que las autoridades bolivianas califican de invasión de tropas chilenas que comenzó el 14 de febrero del mismo año.
En esa primera resistencia estuvo Abaroa, quien, según historiadores de Bolivia, cuando fue intimado a rendirse contestó “¿Rendirme yo? Cobardes, ¡que se rinda su abuela, carajo!”.
Bolivia perdió en la llamada guerra del Pacífico unos 400 kilómetros de costa y cerca de 120.000 kilómetros cuadrados de territorio.
El Gobierno del entonces presidente Evo Morales llevó en 2013 la centenaria reclamación marítima boliviana ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en busca de un fallo que obligara a Chile a negociar de buena fe el acceso soberano al océano Pacífico perdido en 1879.
En 2018, la CIJ determinó que Chile no tiene obligación legal de negociar con Bolivia, aunque las autoridades bolivianas entienden que la sentencia no supone un impedimento para que haya un diálogo.
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