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Tal vez no lo pensemos en nuestro día a día, pero todos en algún momento de nuestra vida vamos a requerir de servicios de cuidado, ya sea para nosotros mismos o para algún familiar, de manera transitoria o permanente. Entonces, ¿a quién recurriremos cuando ese momento llegue?
¿Cómo te sentirías si te dicen que casi dos tercios de tu vida activa vas a trabajar sin que te paguen? ¿Y que la mitad de ese tiempo lo vas a dedicar cuidando de algún miembro de tu hogar? Es más, ¿cómo te sentirías si a lo largo de tu vida podrías haber generado ingresos adicionales como para comprar una casa, si hubieras recibido una compensación monetaria por esos servicios de cuidado?
Esa es la situación del 57% de las mujeres paraguayas. De acuerdo con datos de la Encuesta del Uso del Tiempo del Instituto Nacional de Estadísticas del Paraguay (INE), las mujeres destinan en promedio 70% más de tiempo que los hombres a las tareas de cuidado. Esta situación tiene diversas consecuencias, entre ellas, que las mujeres disponen de menos tiempo para trabajar, buscar empleo, emprender, generar ingresos, estudiar y capacitarse, investigar, innovar, participar de la vida política y comunitaria, o simplemente para actividades de ocio.
Sin embargo, las implicancias no terminan ahí. La menor participación de las mujeres también se traduce en menor productividad para la economía y un crecimiento económico más lento porque se está perdiendo no solo la oportunidad de que más mujeres se sumen a la fuerza laboral delegando las tareas de cuidado, sino también de generar puestos de trabajo para quienes pueden desempeñarse como cuidadoras profesionales.
¿Por qué ocurre esto? Hay múltiples motivos que lo explican, tales como cuestiones culturales o elecciones personales, pero una de las principales razones es la falta de oferta de servicios y alternativas de cuidado de calidad, adecuados para las necesidades particulares y a un precio asequible.
Soluciones para una Política Nacional de Cuidados
Reconociendo estos desafíos, el gobierno paraguayo, liderado por el Ministerio de la Mujer, está en proceso de construcción de una Política Nacional de Cuidados con el objetivo de facilitar la inserción laboral formal de las mujeres y garantizar los derechos de las personas a ser cuidadas.
Es necesario promover una distribución más equilibrada de las responsabilidades de cuidados de niños, enfermos crónicos y adultos mayores en situación de dependencia y personas con discapacidad. Esta iniciativa abarca no solo al sector público sino también al sector privado, la sociedad civil, las familias y comunidades, generando alianzas y nuevas alternativas y modelos de gestión en la provisión de servicios de cuidado.
Para apoyar estos esfuerzos, desde la oficina del BID en Paraguay lanzamos una convocatoria orientada a financiar soluciones que contribuyan a cerrar la brecha de servicios de cuidado en el país. Este llamado tuvo por objetivo identificar iniciativas innovadoras, inclusivas y sostenibles que fomenten la participación laboral de las mujeres y la disponibilidad de servicios de cuidado de calidad. De las doce propuestas evaluadas, cuatro fueron preseleccionadas para presentar su plan ante un jurado interinstitucional compuesto por autoridades del Ministerio de la Mujer, ONU Mujeres y el BID en Paraguay.
Uno de los principales obstáculos para la ampliación de la oferta de servicios de cuidados en Paraguay que identifican las organizaciones participantes de la convocatoria es la falta de profesionales debidamente preparados y capacitados para dichas tareas, dado que no se precisan las mismas habilidades para cuidar niños pequeños que para atender a un adulto mayor con movilidad limitada, por citar un ejemplo. En efecto, muchas mujeres se encuentran en la actualidad realizando este tipo de labores, pero sin el conocimiento específico que les permita brindar sus servicios con mayor calidad y revalorizar su trabajo para que constituya una alternativa laboral concreta. A esto se suman limitaciones en la oferta y posibilidades de formación en este sector.
Al mismo tiempo, y como la otra cara de la misma moneda, no contar con cuidadores profesionales va en detrimento de la confianza de las familias para delegar las tareas de cuidado. Ante esta problemática recurrente, las propuestas seleccionadas tienen un componente clave para atender estas falencias.
Propuesta ganadora para una mayor inserción laboral de las mujeres
La propuesta ganadora fue “Revitaliza”, impulsada por una alianza entre el sector privado y la sociedad civil para replicar y adaptar un modelo existente que funciona de manera exitosa a otro sector de la sociedad. Para esto se unieron Taita, una empresa privada dedicada a la prestación de servicios de cuidado para adultos mayores, Mentu, una empresa consultora con experiencia en implementación de proyectos, y el Centro de Ayuda Mutua Salud para Todos (CAMSAT) que es una organización sin fines de lucro que busca terminar con la marginación y la pobreza extrema en el área suburbana del Bañado Tacumbú, uno de los barrios más vulnerables de Asunción.
La iniciativa consiste en un programa integral de apoyo a adultos mayores en situación de dependencia y sus cuidadores en el Bañado Tacumbú mediante la formación de cuidadores, la creación de una cooperativa de trabajo que aglutine a los prestadores de servicios de cuidado y la conformación de un centro de día que albergue a personas que necesiten cuidados para que a su vez sus cuidadores puedan brindar sus servicios fuera de la comunidad y generar ingresos formales.
Asimismo, se otorgó una mención honorífica a la propuesta “Academia Canguro”, presentada por Canguro en Casa, una empresa privada que ofrece servicios de selección y capacitación de cuidadores de niños e intermediación entre las familias y los cuidadores. El objetivo es la creación de un instituto superior de formación profesional que permita a las mujeres capacitarse y formarse como cuidadoras contando con una malla curricular con estándares internacionales y en modalidad híbrida, lo que permite también que las mujeres radicadas en el interior del país, donde la disponibilidad de recursos de formación es más limitada, puedan acceder a los mismos.
La convocatoria concluyó, pero el camino para fortalecer la economía de cuidado en Paraguay no termina acá, por el contrario. Dado el interés que despertó la convocatoria y la importancia de tener espacios de debate para intercambiar experiencias en un área que no está lo suficientemente visibilizada, las organizaciones participantes acordaron conformar una Red de Cuidados con el apoyo del BID.
Este es un espacio abierto y dinámico donde seguiremos conversando sobre los desafíos de cuidado en Paraguay, con propuesta de ideas para que más mujeres puedan integrarse al mundo laboral, con la certeza de que sus familiares estarán protegidos y bien cuidados.
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